El Virus del Papiloma Humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes a nivel mundial y, en sus primeras fases, puede no mostrar síntomas evidentes.
Identificar sus señales iniciales es crucial para buscar atención médica a tiempo y prevenir consecuencias graves como el cáncer de cuello uterino.
El VPH está compuesto por más de 100 tipos distintos. Algunas variantes son de bajo riesgo y provocan verrugas en la zona genital, mientras que otras son de alto riesgo y están asociadas con distintos tipos de cáncer, incluyendo el cervicouterino, el anal y el de garganta.
Aunque muchas personas portadoras del virus no presentan síntomas visibles, hay ciertos indicios que pueden señalar su presencia.
Señales orales del VPH que no debes ignorar
El VPH puede transmitirse a través del sexo oral sin protección. Algunos de los síntomas relacionados con esta vía de contagio incluyen:
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Lesiones o verrugas visibles en la lengua, boca o garganta.
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Cambios duraderos en el tono o calidad de la voz.
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Dolor o dificultad al tragar.
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Tos persistente sin una causa clara.
Detectar a tiempo el VPH en la cavidad oral es esencial para prevenir complicaciones graves como el cáncer orofaríngeo, que está relacionado con tipos de alto riesgo del virus.
Manifestaciones en la piel y los genitales
Las verrugas genitales son uno de los signos más frecuentes del VPH. Se presentan como bultos pequeños, suaves y de color carne, localizados en zonas como los genitales, el ano o la boca. También pueden aparecer verrugas en las manos y los pies, aunque estas no siempre se relacionan con la transmisión sexual.
Otros síntomas relevantes pueden incluir:
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Dolor durante las relaciones sexuales, lo cual podría indicar lesiones internas.
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Alteraciones en el ciclo menstrual en algunas mujeres infectadas.
Por qué es vital detectar el VPH a tiempo
El virus puede estar presente en el cuerpo sin generar síntomas, facilitando así su propagación sin que la persona lo note. En la mayoría de los casos, el sistema inmune elimina el virus por sí solo. Sin embargo, cuando esto no ocurre, la infección puede mantenerse activa y dar lugar a problemas más serios.
Por esta razón, es fundamental prestar atención a cualquier señal inusual y acudir al médico ante la menor sospecha. El uso de preservativos y la vacunación contra el VPH son medidas preventivas esenciales para disminuir las probabilidades de contagio.