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Sueño interrumpido por calambres: señales de deshidratación y qué comer

ENFERMEDADES
Redacción El Tiempo
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Las noches de intenso calor no solo complican conciliar el sueño, también pueden ser el escenario ideal para un problema frecuente pero poco notado: los calambres musculares.

Un espasmo inesperado en una pierna puede interrumpir incluso el sueño más profundo, generando una molestia y rigidez que perdura varios minutos. Estos episodios, comunes durante las olas de calor, afectan tanto a personas activas como a aquellas con un estilo de vida más sedentario.

A qué se deben los calambres en noches calurosas

De acuerdo con especialistas citados por Sportlife, el incremento de la temperatura ambiental eleva las probabilidades de sufrir contracciones musculares involuntarias. Sin embargo, reconocer los factores que los provocan y adoptar medidas sencillas puede ayudar a prevenirlos. Incorporar hábitos preventivos resulta clave para conservar un sueño reparador y evitar que el calor interfiera con el descanso.

Principales causas y factores que los intensifican

El detonante más común es la deshidratación, ya que esta altera el equilibrio de minerales necesarios para que los músculos funcionen correctamente, como el sodio, potasio, calcio y magnesio.

“El desequilibrio en estos minerales tiene un impacto directo en la función muscular”, explicaron desde el medio. Cuando la temperatura sube, la pérdida de líquidos a través del sudor se intensifica, lo que incrementa el riesgo de sufrir calambres nocturnos.

La fatiga muscular es otro factor importante. Después de un esfuerzo físico exigente, los músculos pueden quedar hiperreactivos, lo cual facilita la aparición de espasmos durante el descanso. Lo mismo puede ocurrir tras un día largo y exigente, incluso sin haber hecho ejercicio formal.

Algunos medicamentos, como los diuréticos o los destinados a tratar la presión arterial alta, pueden contribuir a la pérdida de electrolitos, aumentando la posibilidad de sufrir calambres. Por eso, si estos espasmos se presentan con frecuencia y coinciden con tratamientos médicos, es recomendable consultar con un profesional.

Las posturas corporales también influyen. Permanecer mucho tiempo de pie o adoptar posiciones incómodas al dormir puede generar tensión acumulada en las extremidades, especialmente en las piernas, lo que eleva el riesgo de calambres durante la noche.

Impacto de las altas temperaturas

El calor extremo favorece la aparición de estos episodios, ya que el aumento de la sudoración conlleva una pérdida mayor de agua y minerales esenciales, tanto en personas físicamente activas como en aquellas que enfrentan temperaturas elevadas durante la noche.

Este desequilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo facilita la aparición de espasmos musculares en el sueño.

Cómo prevenir los calambres nocturnos

Para prevenirlos, se recomienda mantener una hidratación constante, asegurando la reposición de electrolitos, sobre todo antes y después de la actividad física. Beber agua no es suficiente: también se deben reponer los minerales perdidos por el sudor.

Una dieta rica en minerales también es fundamental. Algunos alimentos recomendados son:

  • Potasio: plátano, aguacate, chirimoya

  • Magnesio: espinacas, frutos secos

  • Calcio: lácteos, tofu, brócoli

Una alimentación balanceada no solo mejora el rendimiento físico, sino que también ayuda a prevenir desequilibrios que pueden provocar calambres, especialmente en épocas de calor.

Medidas complementarias

Además de una buena hidratación y nutrición, hay otras estrategias que pueden ayudar a reducir tanto la frecuencia como la intensidad de los calambres nocturnos:

  • Realizar estiramientos y rutinas de relajación tras el ejercicio físico.

  • Usar foam roller para masajear y relajar los músculos.

  • Tomar baños alternando agua fría y caliente para mejorar la circulación.

  • Utilizar ropa de compresión para favorecer el flujo sanguíneo y reducir la fatiga muscular.

Estas acciones forman parte de un abordaje integral para cuidar la salud muscular y asegurar un descanso adecuado.

Importancia de prevenir durante el verano

En temporadas de calor intenso, prevenir se vuelve aún más importante. Mantenerse hidratado, consumir alimentos ricos en minerales y aplicar rutinas de cuidado muscular puede marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y en la aparición de calambres. Tanto quienes realizan actividad física como quienes no lo hacen pueden beneficiarse de estas recomendaciones.

También se aconseja dormir en un ambiente fresco, ya que el calor acumulado en la habitación puede aumentar la tensión muscular y dificultar un sueño reparador. Si los calambres son recurrentes y coinciden con el uso de medicamentos, se debe consultar con un médico para evaluar posibles causas relacionadas con el tratamiento.


 

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