Reducir la carne roja: el cambio que mejora la salud y salva al planeta, según The Lancet

Cada día, millones de personas incluyen carne roja en sus comidas sin considerar que esa decisión puede tener repercusiones más amplias, tanto para su salud como para el medioambiente.
La Comisión EAT-Lancet advierte que reducir el consumo de carne roja es fundamental para prevenir enfermedades y contribuir a frenar el cambio climático.
Dieta de salud planetaria: equilibrio entre nutrición y sostenibilidad Este grupo internacional de expertos promueve la “dieta de salud planetaria”, un enfoque que busca combinar alimentación saludable y respeto al entorno. Según su último informe en The Lancet, la cantidad ideal de carne roja —res, cerdo o cordero— no debería superar los 15 gramos diarios.
En su lugar, se recomienda priorizar alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, que constituyen la base de una dieta más saludable y ecológica.
Proporciones recomendadas El modelo establece cantidades específicas: 200 g de verduras, 300 g de frutas y 210 g de cereales integrales al día, junto con 250 g de lácteos y 30 g de pescado o carne blanca. La idea no es eliminar por completo las proteínas animales, sino consumirlas de manera moderada y responsable.
Los especialistas afirman que este cambio hacia una dieta basada en plantas puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, al tiempo que disminuye el impacto ambiental de la ganadería intensiva, una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero.
Impacto en salud pública y medioambiente El informe de The Lancet resalta que el consumo excesivo de carne roja afecta tanto al organismo como al planeta. Su producción genera deforestación, elevado consumo de agua y emisiones contaminantes que agravan la crisis climática.
Por el contrario, un patrón alimentario centrado en vegetales puede reducir la mortalidad prematura, mejorar la calidad de vida y promover sistemas de producción más sostenibles, convirtiendo la “dieta planetaria” en una estrategia integral frente a los retos del siglo XXI.
Beneficios comprobados de reducir la carne roja La evidencia científica indica que disminuir su consumo se asocia con:
Menor riesgo de diabetes tipo 2
Reducción de colesterol y presión arterial
Menor probabilidad de cánceres digestivos
Mayor longevidad y bienestar general
Aunque algunos sectores cuestionan estas recomendaciones, la comunidad científica sostiene que comer menos carne roja no implica perder sabor, sino ganar salud y futuro.
Cada elección alimentaria cuenta: reemplazar un filete por un plato de legumbres o vegetales puede parecer pequeño, pero contribuye a prevenir enfermedades, proteger los ecosistemas y garantizar una alimentación sostenible para las generaciones futuras.
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