Quitar la grasa con servilleta: ¿Realmente ayuda a comer más sano?

Quitar el exceso de grasa de una pizza o unos tacos usando una servilleta puede parecer un hábito saludable, pero en realidad tiene un efecto muy limitado en la dieta.
Aunque da la impresión de que el platillo es “más ligero”, los especialistas señalan que este gesto casi no altera su valor calórico ni mejora su aporte nutricional.
El mito de “absorber la grasa” con una servilleta
Pasar una servilleta por encima de un alimento frito o procesado solo retira una mínima parte del aceite que queda en la superficie.
La mayor cantidad de grasa está dentro de la masa, el queso o la carne, por lo que la reducción de calorías es prácticamente insignificante. En general, este método elimina apenas alrededor del 10% de la grasa visible; todo lo demás permanece en el interior del alimento.
Además, puede generar una sensación engañosa de control, haciendo que algunas personas justifiquen comidas poco saludables al creer que la servilleta “equilibra” el exceso de aceite. Esto deja de lado aspectos fundamentales como la calidad de los ingredientes, el tamaño de las porciones y la frecuencia con la que se consumen alimentos procesados.
Lo que muestran los estudios
Nutriólogos y expertos en salud coinciden en que usar una servilleta para quitar grasa visible no es una estrategia efectiva para mejorar la dieta.
Aunque puede disminuir muy ligeramente las calorías, no elimina los aceites saturados —como los de palma o girasol—, que están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades del corazón.
En términos prácticos, el cambio calórico es tan bajo que no modifica el peso corporal ni el metabolismo.
Investigaciones sobre conductas alimentarias muestran que este tipo de “trucos” tienen más un efecto psicológico que real, promoviendo la creencia de que pequeños gestos pueden reemplazar cambios auténticos en los hábitos.
En realidad, solo una alimentación balanceada y métodos de cocción adecuados ayudan a reducir la ingesta de grasa de forma significativa.
Alternativas más saludables
Para disminuir verdaderamente el consumo de grasa, los especialistas recomiendan:
Elegir carnes magras o pollo sin piel.
Cambiar la fritura por opciones como hornear, cocer al vapor o asar.
Utilizar rejillas que permitan escurrir la grasa al cocinar.
Preferir aceites más saludables, como el de oliva extra virgen.
Controlar las porciones y moderar la cantidad de aceite usada.
Incorporar días sin carne y optar por caldos o versiones bajas en grasa.
Construir una alimentación saludable se basa en decisiones diarias, no en soluciones rápidas. Leer etiquetas, reducir los alimentos procesados y priorizar productos frescos son acciones que realmente impactan en la salud. A diferencia de una servilleta, estos hábitos sí generan cambios a largo plazo.
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