Los niños que enfrentan enfermedades crónicas como el asma también experimentan una carga emocional significativa relacionada con el estrés, el miedo y la tristeza, según un estudio reciente.
Casi el 94 % de los comentarios publicados en línea por niños con enfermedades crónicas y sus cuidadores mostraron emociones negativas, como disgusto, tristeza y miedo, según los resultados publicados en la revista Journal of Affective Disorders.
Solo menos del 6 % de los comentarios expresaron emociones positivas, indicaron los investigadores.
El investigador principal, Israel Oluwalade, graduado de la Universidad de Plymouth en Reino Unido, destacó que las respuestas emocionales de los niños estaban claramente relacionadas con condiciones específicas: por ejemplo, el miedo y la tristeza predominaban en quienes mencionaban frecuentes visitas al hospital o tratamientos prolongados.
Para el estudio, se empleó inteligencia artificial para analizar publicaciones hechas entre 2008 y 2023 por 389 niños o sus cuidadores en Care Opinion, una plataforma social del Reino Unido donde las personas comparten sus experiencias con los servicios de salud.
Las emociones expresadas en las publicaciones se clasificaron primero en positivas, negativas o neutras, y luego se dividieron en emociones específicas como tristeza, miedo, disgusto, satisfacción o asombro, según el estudio.
La tristeza fue la emoción más común, apareciendo en el 61 % de las publicaciones. Le siguieron el miedo y el disgusto, cada uno presente en aproximadamente el 15 % de los mensajes.
Los investigadores indicaron que la tristeza estaba vinculada con experiencias relacionadas con dolor físico, dificultades de salud mental y tratamientos complicados, evidenciado por palabras como "dolor", "hospital" y "salud mental".
El miedo generalmente se asociaba a la incertidumbre sobre los tratamientos o emergencias médicas, mientras que el disgusto reflejaba insatisfacción con los servicios de salud.
Los niños con enfermedades como asma, dolor crónico y cáncer mostraron niveles particularmente altos de angustia emocional, especialmente si tenían varias condiciones simultáneamente.
Por ejemplo, los pacientes con asma reportaron más experiencias negativas cuando también lidiaban con artritis, EPOC o cáncer. Además, el manejo de la diabetes se volvió más complicado cuando se combinaba con asma, artritis o cáncer.
El profesor Shang-Ming Zhou, investigador principal y experto en e-salud en la Universidad de Plymouth, comentó que esta investigación abre un nuevo campo, pues es el primer estudio que analiza los sentimientos y emociones de pacientes pediátricos a partir de datos en redes sociales.
Zhou señaló que estos hallazgos revelan el profundo recorrido emocional que viven los pacientes con múltiples enfermedades crónicas, y llenan un vacío importante de conocimiento para profesionales y agencias de salud.
El 6 % de los mensajes positivos destacaban los esfuerzos del personal de salud para ayudar a los niños, señalaron los investigadores.
Oluwalade destacó que le sorprendió la alta frecuencia de expresiones de satisfacción y asombro relacionadas con la amabilidad del personal o con tratamientos exitosos, y recordó que las manifestaciones digitales pueden reflejar no solo sufrimiento, sino también resiliencia y esperanza en pacientes jóvenes con enfermedades complejas.