Las vitaminas esenciales para el organismo humano

Las vitaminas son micronutrientes vitales que participan en numerosos procesos metabólicos, inmunitarios y estructurales del cuerpo, siendo indispensables para mantener la salud y el bienestar general.
La falta de alguna vitamina puede provocar enfermedades graves, mientras que una alimentación equilibrada y variada contribuye a cubrir las necesidades diarias de estos nutrientes.
Dan Baumgardt, profesor en la Escuela de Fisiología, Farmacología y Neurociencia de la Universidad de Bristol, explica en un artículo para The Conversation que la vitamina A, también llamada retinol, es esencial para la visión, especialmente en ambientes con poca luz, además de ser fundamental para la piel y el sistema inmune. Su carencia puede causar serios problemas visuales e incluso ceguera. Esta vitamina se obtiene tanto de alimentos de origen animal, como huevos, pescado azul y lácteos, como de vegetales ricos en betacaroteno —por ejemplo, zanahorias, pimientos, espinacas y calabaza—, que el cuerpo convierte en vitamina A.
El grupo de vitaminas B está compuesto por ocho vitaminas que intervienen en el metabolismo energético, el funcionamiento del sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos. Por ejemplo, la tiamina (B1) es importante para el sistema nervioso y la digestión, mientras que la riboflavina (B2) y la niacina (B3) tienen funciones similares. El folato (B9) y la cobalamina (B12) son vitales para producir glóbulos rojos y evitar la anemia. Una deficiencia de B1 puede ocasionar trastornos neurológicos graves, como el síndrome de Wernicke-Korsakoff, especialmente en personas con consumo excesivo de alcohol. Además, el folato es crucial en las primeras etapas del embarazo para prevenir defectos congénitos. Las principales fuentes de vitaminas B incluyen legumbres, cereales, carnes, pescados y productos lácteos, por lo que suelen estar presentes en dietas variadas.
Según el artículo, la vitamina C o ácido ascórbico es reconocida por su papel en la recuperación y curación, ya que interviene en la reparación de tejidos, vasos sanguíneos y en la producción de colágeno. Su deficiencia provoca escorbuto, una enfermedad que históricamente afectó a marineros privados de frutas frescas, manifestándose con fatiga y sangrado en las encías. Actualmente, la vitamina C está disponible en abundancia en cítricos y muchas frutas y verduras.
La vitamina D es fundamental para la salud de huesos, dientes y músculos. Además de encontrarse en pescados grasos, huevos y carne, su producción se activa en la piel mediante la exposición al sol. En lugares con menos luz solar, es posible que se necesiten suplementos o fuentes dietéticas para evitar problemas como debilidad ósea, fracturas, raquitismo en niños y osteomalacia en adultos.
La vitamina E, aunque menos comentada, funciona como un antioxidante que protege las células, apoya la visión y fortalece el sistema inmunológico. Se encuentra en frutos secos, semillas y aceites vegetales, y está accesible para quienes llevan una dieta equilibrada.
La vitamina K es esencial para la coagulación sanguínea; su deficiencia puede causar hematomas y hemorragias, siendo especialmente peligrosa en recién nacidos, quienes suelen recibir suplementos preventivos. En adultos, esta vitamina se obtiene principalmente de vegetales de hoja verde y cereales.
El hígado destaca como el alimento con la mayor variedad y concentración de vitaminas, superando a otros alimentos considerados “superalimentos”. Aunque su consumo ha disminuido en algunos lugares, es una fuente excelente de vitamina A, varias del complejo B, vitamina D y K. Sin embargo, por su alto contenido de vitamina A, debe consumirse con moderación para evitar toxicidad, especialmente en mujeres embarazadas, quienes deben evitarlo para proteger al feto. Para adultos saludables, se recomienda no consumirlo más de una vez por semana. Por ello, la mejor estrategia para cubrir las necesidades vitamínicas es una dieta variada que incluya verduras, carnes, lácteos, legumbres y cereales, evitando así tanto deficiencias como excesos.
En resumen, las vitaminas son nutrientes esenciales que deben incorporarse regularmente mediante la alimentación. El hígado es uno de los alimentos más completos en vitaminas, pero su ingesta debe ser moderada y complementada con otros alimentos para asegurar una nutrición balanceada y segura.
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