Las mejoras en el seguimiento del cáncer de próstata ayudan a los hombres a mantenerse en vigilancia activa

Los hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo que optan por la “espera vigilante” pueden mantenerse saludables durante más tiempo gracias a los avances en técnicas de imagen y tratamientos diseñados para controlar el tumor, según un estudio reciente.

Las resonancias magnéticas avanzadas y las biopsias guiadas por estas imágenes ofrecen una visión mucho más detallada de la próstata, lo que facilita a los médicos el seguimiento de la evolución del cáncer con el tiempo, indicaron los investigadores en The Journal of Urology.

Además, las terapias focales —que emplean calor, frío o electricidad para eliminar las células cancerosas de la próstata— están ayudando a detener el avance del cáncer, explicaron los especialistas.

Esta combinación permite que los pacientes permanezcan bajo vigilancia activa durante más tiempo sin necesidad de recurrir a cirugías o radioterapia, tratamientos que suelen causar efectos secundarios permanentes como impotencia e incontinencia, agregaron.

“Este avance representa un cambio significativo en el manejo del cáncer de próstata”, dijo el Dr. Leonard Marks, profesor de urología en la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA.

“Al integrar el diagnóstico mediante resonancia magnética con la terapia focal selectiva, podemos ofrecer un enfoque más personalizado”, señaló Marks. “Esta estrategia no solo evita procedimientos innecesarios, sino que también mejora nuestra capacidad para identificar quién se beneficiará de una vigilancia prolongada, lo que podría aumentar la calidad de vida y reducir efectos adversos sin comprometer la seguridad”.

Aproximadamente el 60 % de los hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo están bajo vigilancia activa, un enfoque en el que el tratamiento se retrasa hasta que hay indicios de que el tumor progresa, según el Instituto Nacional del Cáncer.

Este tipo de cáncer generalmente crece tan lentamente que puede no causar síntomas y los pacientes tienen más probabilidades de fallecer por otras causas, explicaron los expertos.

Sin embargo, muchos hombres prefieren la cirugía o radioterapia porque les resulta difícil aceptar tener un cáncer sin tratar, a pesar de los riesgos de efectos secundarios duraderos, añadieron los investigadores.

Para aumentar la confianza en la vigilancia activa, el estudio evaluó si las biopsias guiadas por resonancia magnética junto con la terapia focal podían hacer que esta estrategia fuera más segura, eficaz y tolerable para los pacientes.

Los investigadores analizaron datos de 869 hombres en el programa de vigilancia activa de la UCLA entre 2010 y 2022, todos con biopsias iniciales guiadas por resonancia que indicaban cáncer de riesgo bajo a medio.

Desde 2016, a algunos pacientes con cáncer de riesgo un poco más alto o signos de progresión se les ofreció terapia focal.

Alrededor del 25 % de los hombres recibieron esta terapia, que usa gases fríos, láseres, ultrasonido o electricidad para eliminar las células tumorales.

Los resultados mostraron que la resonancia magnética fue muy precisa para identificar a quienes calificaban para vigilancia activa, prediciendo correctamente la estabilidad del tumor en el 90 a 95 % de los casos con cáncer de bajo riesgo y en el 70 % con cáncer de riesgo medio.

De hecho, esta precisión redujo la necesidad de realizar biopsias repetidas, indicaron los investigadores.

También observaron una disminución en la cantidad de hombres que abandonan la vigilancia activa por ansiedad, lo que sugiere una mayor confianza en el monitoreo basado en resonancia magnética.

“Aunque el grupo que recibió terapia focal fue pequeño y el seguimiento corto, está claro que esta técnica ofrece ventajas a corto plazo para evitar cirugías o radiación”, dijo Marks.

“Este estudio es una de las pruebas más sólidas hasta ahora de que la vigilancia activa, apoyada por imágenes modernas y tratamientos mínimamente invasivos como la terapia focal, puede aplicarse de manera segura a más pacientes”, concluyó.

No obstante, los investigadores señalaron que estas técnicas deben evaluarse en estudios más amplios y con la participación de más centros médicos.

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