La contaminación del aire por ozono aumenta el riesgo de asma en niños en edad preescolar y de kindergarten, según un estudio reciente.
Pequeños aumentos en los niveles de smog de ozono durante los primeros dos años de vida de un niño se relacionan con un mayor riesgo de asma y sibilancias entre los 4 y 6 años, informaron los investigadores en un artículo publicado el 2 de abril en JAMA Network Open.
Sin embargo, la exposición al ozono no incrementó el riesgo de asma a los 8 y 9 años, según los resultados.
"Es un hallazgo desconcertante", señaló Logan Dearborn, investigador principal y estudiante doctoral en el Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental y Ocupacional de la Universidad de Washington. "Hemos pasado mucho tiempo tratando de comprender esto, pero no sé si alguna vez llegamos a una respuesta completamente satisfactoria".
"Sin embargo, estos hallazgos son importantes", agregó Dearborn. "Incluso si los efectos solo se observan en las etapas tempranas de la vida, todavía hay costos de atención médica y estrés para las familias".
En el estudio, los investigadores analizaron datos de más de 1,100 niños de un proyecto federal que investigaba cómo los factores ambientales afectan la salud infantil. Los niños vivían en seis ciudades: Minneapolis, San Francisco, Seattle, Memphis (Tennessee), Rochester (Nueva York) y Yakima (Washington).
El equipo comparó los informes de asma y sibilancias de los niños, proporcionados por sus madres, con los datos federales sobre contaminación por ozono en sus áreas.
Investigaciones anteriores han relacionado el asma infantil con la exposición a la contaminación por partículas finas y dióxido de nitrógeno, señalaron los investigadores.
Sin embargo, no se había aclarado si el ozono, el contaminante que más frecuentemente supera los estándares de calidad del aire en EE. UU., podría ser un factor desencadenante del asma.
El ozono se forma cuando la luz solar interactúa con las emisiones de automóviles, plantas generadoras de electricidad e instalaciones industriales, según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA).
Los resultados mostraron que los niños expuestos a un aumento relativamente pequeño de 2 partes por mil millones en la concentración de ozono durante los primeros años de vida tienen un 31% más de riesgo de asma y un 30% más de riesgo de sibilancias entre los 4 y 6 años.
El ozono también destacó cuando los investigadores analizaron cómo la exposición a una mezcla de tres contaminantes comunes del aire (ozono, dióxido de nitrógeno y partículas finas) afectaba el riesgo de asma.
"Cuando analizamos los datos, encontramos que cuando el ozono dentro de la mezcla era mayor a 25 partes por mil millones, había una mayor probabilidad de asma, independientemente de la concentración de dióxido de nitrógeno", dijo Dearborn.
"Además, descubrimos que la relación entre el ozono y el asma solo se daba cuando las partículas finas estaban en concentraciones medias o altas, lo que proporciona nueva evidencia de que la relación entre ozono y asma infantil podría depender de la concentración de otros contaminantes, como las partículas finas", agregó.
Se requiere más investigación para comprender por qué la exposición al ozono no aumenta el riesgo de asma a los 8 y 9 años, y si el riesgo aumenta nuevamente en la adolescencia.
Sin embargo, los resultados sugieren que los padres y los reguladores deben prestar atención a la contaminación por ozono cuando se trata de la salud infantil.
"En EE. UU., las regulaciones sobre el ozono solo consideran un periodo de tiempo muy corto", señaló Dearborn. "No regulamos el ozono a largo plazo, y este análisis resalta la importancia de considerar tanto umbrales a corto como a largo plazo para la regulación del ozono".