Las clínicas de atención de urgencia están entregando en gran cantidad antibióticos, esteroides y opioides para tratar condiciones para las que estos medicamentos no son efectivos, según un estudio reciente.
"La investigación previa ya había mostrado que los pacientes continuaban recibiendo antibióticos para diagnósticos donde probablemente no son necesarios, como infecciones respiratorias virales, especialmente en entornos de urgencias", explicó la Dra. Shirley Cohen-Mekelburg, profesora asistente de medicina interna en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan y coinvestigadora principal.
"Nuestros resultados demuestran que esta práctica inapropiada no se limita solo a los antibióticos, sino que también abarca otras clases de fármacos como los glucocorticoides, aplicados a una variedad de condiciones", agregó Cohen-Mekelburg en un comunicado.
En el estudio, publicado el 22 de julio en la revista Annals of Internal Medicine, los científicos analizaron datos de más de 22.4 millones de visitas a clínicas de urgencia entre 2018 y 2022.
En más del 12% de esas visitas se prescribieron antibióticos, en el 9% esteroides y en el 1% opioides.
El equipo examinó cuántas de esas recetas correspondían a afecciones para las cuales dichos medicamentos no son indicados.
Entre las prescripciones inapropiadas se encontraron:
-
Antibióticos dados a más del 30% de pacientes con infecciones de oído, casi el 46% de pacientes con síntomas urinarios y el 15% con bronquitis.
-
Esteroides prescritos a cerca del 24% de pacientes con sinusitis, al 41% de pacientes con bronquitis y al 12% con infecciones de vías respiratorias superiores.
-
Opioides indicados para casi el 5% de pacientes con dolor muscular, más del 6% con dolor abdominal o síntomas gastrointestinales y el 4% con esguinces o distensiones.
Estos resultados coinciden con estudios recientes que señalan que la atención de urgencia es el escenario más frecuente donde se generan recetas inapropiadas de antibióticos para infecciones respiratorias virales, indicaron los autores.
La razón detrás de estas prescripciones puede ser la falta de conocimiento suficiente del personal, la demanda de medicamentos específicos por parte de los pacientes y la ausencia de apoyo en la toma de decisiones para emitir las recetas, dijeron los investigadores.
Las consecuencias son significativas: la resistencia bacteriana a los antibióticos, como ocurre con el SARM, representa una amenaza creciente debido al uso excesivo de estos fármacos.
Asimismo, la crisis de opioides en Estados Unidos ha sido impulsada por la prescripción excesiva de analgésicos por motivos cuestionables.
Los autores concluyeron que es fundamental implementar programas de gestión de medicamentos para garantizar que las clínicas de urgencia ofrezcan tratamientos adecuados a las afecciones correctas.
"Reducir la prescripción indebida de antibióticos, glucocorticoides y opioides exigirá un enfoque integral", afirmó Cohen-Mekelburg. "Los proveedores de atención en urgencias se beneficiarían de mayor apoyo y retroalimentación para tomar decisiones clínicas acertadas."