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Sal de mesa
El exceso de sodio endurece las arterias y aumenta el volumen de sangre, lo que eleva la presión arterial. Es recomendable reducir su uso y optar por especias naturales para condimentar.
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Embutidos y carnes frías
Estos productos contienen mucho sodio y grasas saturadas, por lo que representan un riesgo silencioso para mantener una presión arterial saludable.
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Comida rápida (fast food)
Hamburguesas, papas fritas y otros alimentos ultraprocesados suelen tener altos niveles de sal, grasas trans y calorías, afectando negativamente la presión arterial.
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Snacks salados
Alimentos como papas fritas, palomitas con mantequilla y galletas saladas aportan grandes cantidades de sodio, dificultando el control de la presión si se consumen con frecuencia.
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Conservas enlatadas
Las sopas, verduras o frijoles enlatados suelen incluir conservadores y sal añadida, contribuyendo a elevar la presión arterial.
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Quesos curados
Variedades como parmesano o roquefort tienen alta concentración de sodio, lo que puede subir la presión si se consumen en exceso.
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Pan blanco y productos de panadería
Además de contener azúcar, muchos panes incluyen sal en su preparación, sumando sodio oculto a la dieta diaria sin que se perciba.
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Bebidas energéticas
Estas combinan cafeína con alto contenido de sodio y azúcares, lo que puede causar aumentos repentinos en la presión, especialmente en personas sensibles.
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Regaliz negro (dulce)
Presente en algunos caramelos, este ingrediente puede elevar la presión arterial al afectar los niveles de potasio y provocar retención de líquidos.
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Alcohol en exceso
El consumo desmedido de alcohol altera la función de los vasos sanguíneos, incrementando la presión arterial y dañando la salud del corazón.