El cribado basado en el riesgo del cáncer de mama supera a las mamografías anuales

Un nuevo estudio sugiere que ajustar el cribado del cáncer de mama al riesgo individual de cada mujer podría ser más eficaz que aplicar mamografías anuales de forma uniforme.

De acuerdo con los resultados, publicados el 12 de diciembre en Journal of the American Medical Association, las mujeres sometidas a un modelo de detección basado en el riesgo tuvieron diagnósticos de cáncer de mama en etapas más tempranas y con mayores posibilidades de tratamiento, en comparación con aquellas que siguieron el esquema tradicional de mamografía anual sin considerar factores personales.

“Estos resultados deberían impulsar un cambio en las guías clínicas de cribado del cáncer de mama y en la práctica médica”, afirmó la Dra. Laura Esserman, directora del Centro de Atención Mamaria de la Universidad de California en San Francisco (UCSF).

Para la investigación, se evaluó el riesgo individual de más de 14,000 mujeres tomando en cuenta edad, genética, estilo de vida, antecedentes médicos y densidad mamaria. Con base en ello, se establecieron distintos esquemas de cribado:

26% fueron clasificadas como de bajo riesgo y, en general, se les recomendó iniciar el cribado hasta los 50 años.

62% presentaron riesgo medio y se les indicó realizar estudios cada dos años.

8% fueron consideradas de alto riesgo, por lo que se sugirió cribado anual.

2% se ubicaron en el riesgo más elevado, con la recomendación de dos estudios al año, alternando mamografía y resonancia magnética.

“El enfoque personalizado comienza con una evaluación integral del riesgo, que integra factores genéticos, biológicos y de estilo de vida, y a partir de ahí permite diseñar estrategias preventivas más eficaces”, explicó Esserman.

Los investigadores compararon los resultados de este grupo con los de otras más de 14,000 mujeres que siguieron el esquema estándar de mamografía anual. Todas las participantes fueron reclutadas entre septiembre de 2016 y febrero de 2023, con seguimiento hasta septiembre de 2025.

Los datos mostraron que el diagnóstico de cáncer avanzado (estadio IIB o superior) fue menos frecuente en el grupo con cribado basado en el riesgo. En este grupo se registraron alrededor de 30 casos por cada 100,000 años-persona, frente a 48 casos por cada 100,000 años-persona en quienes se sometieron a mamografías anuales tradicionales.

Además, este enfoque permitió identificar factores de riesgo que muchas mujeres desconocían. Por ejemplo, 30% de las participantes con pruebas genéticas positivas para mayor riesgo de cáncer de mama no reportaron antecedentes familiares, por lo que, bajo las guías actuales, probablemente no habrían sido candidatas a estudios genéticos.

“Este es uno de los primeros estudios que ofrece pruebas genéticas a todas las mujeres, sin importar su historia familiar”, señaló Allison Fiscalini, directora de la Red de Salud Mamaria Athena en la UCSF. “Integradas a una evaluación completa del riesgo, estas pruebas pueden mejorar de manera significativa la seguridad y la eficacia del cribado y la prevención”.

Actualmente, el equipo de investigación continúa reclutando participantes para un ensayo clínico posterior, enfocado en identificar con mayor precisión a las mujeres con riesgo de desarrollar cánceres de mama más agresivos.

No obstante, los hallazgos han generado reservas. El Colegio Americano de Radiología (ACR) señaló que la evidencia presentada aún no es suficiente para modificar las guías actuales de cribado. De acuerdo con el ACR, muchas participantes no siguieron de forma estricta el esquema recomendado y el número total de cánceres detectados fue limitado.

“El número de casos identificados es pequeño y probablemente no representa a la población general”, indicó el organismo en un comunicado, añadiendo que el grupo de mayor riesgo incluyó a menos de 300 mujeres.

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