¿Cuál es el mejor horario para beber agua durante el día?

La hidratación es uno de los consejos más reiterados por médicos y especialistas en salud, aunque pocas veces se aclara en qué momentos conviene beber agua.
A lo largo del día, el organismo atraviesa diferentes procesos metabólicos, digestivos y hormonales que pueden verse favorecidos si se consume agua en instantes específicos. A continuación se presentan los momentos más recomendados para tomar agua y así obtener el máximo beneficio.
Al despertar, con el estómago vacío
Beber un vaso de agua al abrir los ojos ayuda a reponer los líquidos que el cuerpo pierde durante las horas de sueño por la respiración y la sudoración. Comenzar el día hidratado es esencial. Este hábito también puede activar el metabolismo, favorecer el tránsito intestinal y preparar al organismo para las actividades del día.
Antes del desayuno
Ingerir agua unos minutos antes de la primera comida facilita la digestión y acondiciona el estómago para recibir alimentos. Asimismo, ayuda a regular el apetito y a evitar consumir más de lo necesario. Este gesto sencillo mejora la absorción de nutrientes y contribuye a mantener niveles de energía más estables en la mañana.
Antes de cada comida fuerte
Tomar agua entre 20 y 30 minutos antes de comer favorece la digestión y ayuda a controlar la saciedad, lo cual es útil para quienes desean mantener un peso saludable. También facilita el proceso digestivo, ya que permite que los alimentos se descompongan con mayor facilidad.
A media mañana
A esta hora es común experimentar cansancio, dolor de cabeza o falta de concentración debido a una deshidratación leve. Un vaso de agua puede mejorar el desempeño físico y mental. Es un momento oportuno para evitar confundir sed con hambre y reducir la ingesta de snacks innecesarios.
Antes y después del ejercicio
Hidratarse antes de entrenar prepara los músculos y previene la pérdida excesiva de líquidos; hacerlo al finalizar ayuda a recuperar lo perdido mediante el sudor. Una hidratación adecuada mejora el rendimiento, disminuye la posibilidad de calambres y acelera la recuperación.
A media tarde
La tarde suele traer un descenso natural de energía. Tomar agua en este momento puede ayudar a mejorar la concentración y combatir la fatiga, sobre todo en días de trabajo largos. Además, contribuye a regular el apetito previo a la cena.
Antes de dormir (sin excederse)
Un pequeño vaso de agua antes de acostarse puede ayudar a mantener la hidratación durante la noche, especialmente en ambientes secos o calurosos. Es importante no tomar demasiado para evitar interrupciones del sueño por ganas de ir al baño.
Cuando aparece fatiga o dolor de cabeza
Una ligera deshidratación es una causa habitual de cansancio, dificultad para concentrarse y cefaleas. Antes de recurrir al café o a un analgésico, beber agua puede aliviar estos malestares. Mantenerse hidratado de forma continua favorece el funcionamiento cerebral y puede mejorar el estado de ánimo.
En cambios de clima o temperatura
En días muy calurosos o secos, el cuerpo pierde más agua sin que necesariamente aparezca la sensación de sed. Beber con regularidad en estas condiciones ayuda a prevenir la deshidratación. Del mismo modo, en lugares con aire acondicionado o calefacción es recomendable aumentar el consumo de agua para proteger la piel y las vías respiratorias.
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