Cómo prevenir las enfermedades de la vista más comunes en niños

La salud ocular en la infancia es un tema fundamental que debe ser atendido desde los primeros años. Fomentar buenos hábitos visuales desde pequeños puede prevenir afecciones comunes como la miopía, hipermetropía y astigmatismo.

Estos problemas pueden interferir tanto en el aprendizaje como en la autoestima infantil, por lo que es clave detectarlos a tiempo. La doctora Ainhoa de Federico, especialista en salud visual, señala que mantener prácticas saludables puede incluso revertir algunos de estos trastornos.

Una herramienta eficaz para proteger la vista infantil es la regla 20-20-20, que consiste en que los niños hagan una pausa cada 20 minutos para mirar a lo lejos durante 20 segundos.

Este sencillo hábito ayuda a relajar los ojos, previniendo el cansancio visual y retrasando el avance de la miopía. Además, se recomienda que los espacios estén bien iluminados, preferiblemente con luz natural o con lámparas que imiten la claridad del día.

También es importante adecuar correctamente los lugares donde los niños estudian y descansan. Libros y dispositivos deben colocarse a una distancia apropiada, y la postura debe ser cómoda y correcta.

Usar colores suaves en las paredes puede contribuir a reducir el esfuerzo ocular. Estas pequeñas mejoras pueden marcar una gran diferencia en la salud visual y en el desempeño académico de los menores.

Pasar tiempo al aire libre es otro factor clave. Diversos estudios han mostrado que la luz natural puede disminuir el riesgo de desarrollar miopía.

Por ello, se aconseja que los niños pasen entre una y dos horas al día en exteriores, ya sea jugando, haciendo deporte o caminando. Esta rutina no solo favorece la vista, sino que también estimula un estilo de vida más activo y saludable.

Respecto al uso de dispositivos electrónicos, es esencial establecer límites. La Academia Americana de Pediatría recomienda evitar pantallas en menores de 18 meses y controlar su uso en edades mayores.

Crear zonas libres de pantallas dentro del hogar, como en el comedor o al momento de dormir, favorece tanto la convivencia familiar como el descanso visual.

En caso de que el niño ya tenga dificultades visuales, aún es posible mejorar su condición. A través de ejercicios visuales, descanso adecuado y ajustes en sus hábitos diarios, se pueden lograr avances notables.

La doctora Ainhoa de Federico, autora del método “Volver a ver Claro”, ofrece un curso gratuito con herramientas prácticas para aplicar en familia. Cuidar la vista infantil no requiere grandes gastos, sino compromiso y atención constante. Una buena visión les ayudará a aprender mejor, a desenvolverse con seguridad y a desarrollarse con mayor independencia.

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