Las personas que trabajan en turnos nocturnos podrían cuidar mejor su salud cardiovascular si se limitan a comer únicamente durante las horas del día, según sugiere un estudio reciente.
En el experimento, se observó que los participantes presentaron menos factores de riesgo para enfermedades del corazón cuando consumieron alimentos solo durante el día, a pesar de trabajar de noche, según se reportó el 8 de abril en la revista Nature Communications.
“Hemos controlado todas las variables posibles que podrían influir en los resultados, por lo que podemos afirmar que es el horario de las comidas lo que genera estos cambios en los factores de riesgo cardiovascular”, explicó en un comunicado la Dra. Sarah Chellappa, investigadora principal y profesora asociada en la Universidad de Southampton, en el Reino Unido.
Los investigadores señalaron que ya existen múltiples estudios que relacionan el trabajo nocturno con mayores riesgos para la salud, incluyendo problemas cardíacos.
“Nuestra investigación anterior ya demostró que la desincronización del reloj biológico —es decir, hacer actividades en momentos que no coinciden con el ritmo natural del cuerpo— eleva los riesgos cardiovasculares”, afirmó el Dr. Frank Scheer, coautor del estudio y director del Programa de Cronobiología Médica en el Hospital Brigham and Women’s de Boston.
Añadió que querían explorar formas de reducir ese riesgo, y los nuevos hallazgos apuntan a que el horario de las comidas podría ser una de ellas.
Estudios previos en animales ya habían indicado que ajustar el momento de comer para alinearlo con el ritmo circadiano del cuerpo podría reducir los efectos negativos de permanecer despierto por la noche.
Para comprobar esta teoría, el equipo llevó a cabo un estudio en el que participaron 20 adultos jóvenes sanos, quienes pasaron dos semanas en el Centro de Investigación Clínica del Brigham and Women’s Hospital.
Durante el estudio, los voluntarios no tuvieron acceso a relojes, ventanas ni dispositivos electrónicos, lo que impidió que supieran qué hora era. Se les mantuvo despiertos durante 32 horas bajo condiciones de poca luz para alterar su reloj interno, y luego se sometieron a un escenario simulado de trabajo nocturno.
Al grupo se le dividió en dos: unos comieron únicamente durante el día, mientras que otros pudieron alimentarse durante la noche, como hacen normalmente los trabajadores nocturnos. Todos siguieron el mismo patrón de siestas para evitar que el sueño influyera en los resultados.
Los investigadores encontraron que los factores de riesgo para enfermedades cardíacas aumentaron después del trabajo nocturno, pero solo en quienes comieron durante la noche. En contraste, quienes comieron solo durante el día no mostraron ese aumento, a pesar de tener la misma alimentación.
Aunque aún se requieren estudios más amplios para confirmar estos resultados, los científicos consideran que estos datos son alentadores.
“Estos resultados sugieren que, incluso con horarios de sueño alterados, consumir alimentos únicamente durante el día podría reducir el impacto negativo sobre los factores de riesgo cardiovascular. Esto ofrece una posible estrategia conductual para proteger la salud de personas expuestas a la desincronización circadiana, como quienes trabajan por turnos”, concluyeron los autores.