Avances en urología: cómo la cirugía robótica está cambiando el panorama médico

La medicina actual se encuentra en una etapa de gran innovación, donde la tecnología se va incorporando cada vez más en todas las fases del diagnóstico y tratamiento. Un claro ejemplo de esta transformación es la cirugía robótica, que combina la habilidad del cirujano con la precisión de avanzados sistemas automatizados.
Particularmente, la urología ha sido una de las especialidades que más ha aprovechado la introducción de robots quirúrgicos, que comenzaron a usarse en esta área desde el año 2000, para luego expandirse a otras ramas médicas que atienden diversas enfermedades.
Cada vez más investigaciones y especialistas sostienen que estas cirugías representan una mejora significativa en comparación con los métodos tradicionales, ofreciendo ventajas tanto en los resultados médicos como en la experiencia de los pacientes.
Funcionamiento del robot quirúrgico Da Vinci
El sistema se basa en un equipo fijo con cuatro brazos robóticos que el cirujano controla desde una consola. A diferencia de la idea común de que el robot opera por sí solo, en realidad todo depende de la habilidad del cirujano, quien maneja los movimientos del robot en tiempo real.
Esta tecnología proporciona una visión tridimensional en alta definición del área quirúrgica y permite realizar movimientos complejos dentro del cuerpo con una precisión difícil de lograr solo con la mano humana.
Gracias a la cirugía robótica, los pacientes experimentan menos dolor, menor pérdida de sangre y una recuperación más rápida después de la operación.
Lo distintivo de esta técnica no es solo el uso del robot, sino también la interfaz ergonómica que permite al cirujano trabajar desde una posición cómoda y con una mejor visualización. Durante la cirugía, el robot reproduce los movimientos del médico con mayor exactitud, eliminando temblores, acortando tiempos y facilitando el acceso a zonas difíciles.
El doctor Norberto Bernardo, Jefe de Urología del Hospital de Clínicas José de San Martín y director del Centro Argentino de Urología, es uno de los cirujanos con más experiencia en esta tecnología. En una entrevista, destacó la relevancia y las ventajas que ofrece esta innovación en la práctica urológica.
En urología, la cirugía robótica se usa principalmente para tratar el cáncer de próstata, ya que permite minimizar riesgos como la disfunción eréctil y la incontinencia urinaria. También se emplea en casos de cáncer de vejiga que requieren extirpación y reconstrucción, así como en cirugías parciales o totales de riñón por tumores renales.
Además, se utiliza para extirpar ganglios linfáticos abdominales en pacientes con tumores testiculares o masas retroperitoneales, y puede ser una opción para corregir problemas funcionales como la dilatación de la pelvis renal o el prolapso vesical. Sin embargo, es el especialista quien decide si esta tecnología es la más adecuada para cada paciente.
Bernardo explicó que en las cirugías prostáticas se puede preservar la estructura nerviosa y vascular, fundamentales para mantener la erección, y conservar los músculos necesarios para evitar la incontinencia urinaria.
También señaló que, en muchos casos, el cáncer renal puede eliminarse sin afectar el funcionamiento del riñón. El robot facilita procedimientos como la enucleación prostática con láser de Holmium, que extrae el tejido prostático agrandado en casos de hiperplasia benigna.
Antes de la cirugía, se realiza una biopsia de precisión mediante una aguja que toma muestras a través de la piel para diagnosticar el cáncer. Esta técnica focal permite evitar la extirpación total de la glándula en tumores pequeños y de bajo riesgo.
Para Bernardo, el robot permite realizar intervenciones mínimamente invasivas con incisiones pequeñas, lo que se traduce en una recuperación acelerada, menos sangrado, menor riesgo de infecciones y estancias hospitalarias más breves.
Esta modalidad permite realizar cirugías que antes eran inviables o muy riesgosas, especialmente en cavidades profundas o áreas de difícil acceso, reduciendo la agresión quirúrgica y las complicaciones postoperatorias.
No obstante, esta técnica exige un aprendizaje exigente, entrenamiento intensivo y familiarización con posibles fallos técnicos. Además, los costos de implementación son altos y muchas veces no están cubiertos por los seguros médicos.
El uso de robots en quirófanos se ha extendido globalmente: en Estados Unidos, el 95 % de las cirugías de cáncer de próstata se hacen con robots; en Europa, es el 80 %. En Argentina, la tecnología está creciendo con más equipos en hospitales y clínicas del AMBA y otras regiones del país, como el Hospital Churruca, el Italiano, el Sanatorio Finochietto y varios en provincias.
Sin embargo, en Argentina aún existe una barrera importante porque los seguros no suelen cubrir estos costos, lo que limita el acceso cuando el paciente debe costearlo por sí mismo.
La formación para operar con estos robots es fundamental. Los cirujanos deben pasar por una etapa prolongada de simulación y entrenamiento para manejar distintas situaciones quirúrgicas y conocer el equipo a fondo. Este proceso, regido por protocolos internacionales estrictos, busca minimizar errores y maximizar la eficacia del sistema.
La cirugía robótica tiene sus orígenes en 1985, pero fue en el año 2000 cuando el sistema Da Vinci revolucionó la cirugía mínimamente invasiva, superando las limitaciones de la laparoscopía tradicional, como la visión plana y la movilidad restringida. El Da Vinci introdujo visión tridimensional, mayor movilidad y control total, lo que permitió operaciones más seguras y precisas.
Hoy, este sistema, fabricado por Intuitive Surgical, es el más usado en el mundo. Está compuesto por brazos robóticos, una consola de mando y una cámara 3D de alta resolución que ofrece una visión detallada del interior del cuerpo.
Existen varios modelos de la familia Da Vinci, adaptados a diferentes necesidades quirúrgicas. Por ejemplo, el Da Vinci Xi ofrece instrumentos avanzados, imágenes mejoradas y tecnología fluorescente para visualizar estructuras ocultas. El Da Vinci SP realiza cirugías a través de una única incisión. Aunque más antiguo, el Da Vinci 5 sigue siendo usado por su confiabilidad.
Además, otras compañías como Microport, Medtronic, Edge, Renovo y la japonesa Medicaroid han desarrollado sus propios robots quirúrgicos.
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