América pierde su estatus de región libre de sarampión

En hospitales de todo el mundo, infecciones que antes se resolvían con tratamientos simples ahora desafían incluso a los medicamentos más avanzados.
La resistencia antimicrobiana —resultado del uso inadecuado de antibióticos— se ha convertido en una amenaza silenciosa que pone en riesgo los grandes avances de la medicina moderna.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.27 millones de personas mueren cada año debido a infecciones resistentes a los fármacos, superando las defunciones por VIH y malaria. Si no se detiene el abuso de antibióticos y la automedicación, esta cifra podría elevarse a 10 millones de muertes anuales para 2050, alertaron expertos durante el Foro Internacional sobre Resistencia Antimicrobiana.
Un enemigo que evoluciona más rápido que la ciencia
Durante una conferencia dirigida por la doctora Priscila Cantú y la enfermera investigadora Ingrid Olivares, se explicó que la resistencia antimicrobiana surge cuando bacterias, virus, hongos o parásitos dejan de responder a los tratamientos, haciendo ineficaces incluso a los antibióticos más potentes.
La enfermera especializada Carol Serna advirtió que esta crisis afecta tanto a los pacientes como a los sistemas de salud: “Satura hospitales, incrementa los costos y prolonga las estancias médicas, con un impacto enorme en la economía global”.
La OMS ya ha colocado este problema entre las diez principales amenazas para la salud mundial, al mismo nivel que las pandemias o el cambio climático.
El abuso de antibióticos: el origen del problema
Olivares explicó que al menos el 30 % de los antibióticos recetados en consultas externas no son necesarios. Muchos se utilizan para infecciones virales —como resfriados o gripes— donde no tienen ningún efecto. Este uso excesivo impulsa la aparición de bacterias resistentes.
La especialista también destacó que la situación alcanza a productos tópicos como cremas o pomadas. Se estima que el 40 % de las heridas crónicas se infectan, lo que eleva los costos hospitalarios y retrasa la curación. Una úlcera de pie diabético con infección resistente puede aumentar los gastos hasta en un 54 %.
México: un riesgo aumentado por automedicación y diabetes
México se encuentra entre los países con mayor automedicación de antibióticos en América Latina. A esto se suma la alta frecuencia de la diabetes, una enfermedad que favorece las heridas crónicas y las infecciones resistentes.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, más del 50 % de las amputaciones en México están relacionadas con infecciones bacterianas resistentes. Aunque el país cuenta con un Plan Nacional contra la Resistencia Antimicrobiana, su eficacia depende de fortalecer la educación en salud y facilitar el acceso a tecnologías innovadoras que disminuyan el uso innecesario de medicamentos antimicrobianos.
Cuando incluso la plata deja de funcionar
Durante más de veinte años, los apósitos con plata se consideraron herramientas clave para tratar heridas infectadas. No obstante, un estudio de Mark G. Rippon y Alan Rogers (2025), que analizó más de 9,500 publicaciones y 105 estudios clínicos, reveló que algunas bacterias ya han desarrollado resistencia incluso a este metal.
El uso prolongado de estos productos podría generar resistencia cruzada a antibióticos, complicando aún más el tratamiento y la recuperación de los pacientes.
Bacterias que desafían a los hospitales
Entre los microorganismos más resistentes destacan Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii, responsables de infecciones hospitalarias graves. Durante la pandemia de COVID-19, el uso indiscriminado de antibióticos en pacientes con infecciones virales sin indicación médica aceleró la aparición de cepas resistentes, señalaron especialistas.
La urgencia de actuar a nivel global
Para enfrentar esta crisis, expertos insisten en una estrategia integral basada en educación, regulación y desarrollo tecnológico. “Necesitamos un cambio cultural en el uso de antibióticos y una responsabilidad compartida entre gobiernos, profesionales de la salud y pacientes”, afirmó Cantú.
La OMS está impulsando políticas internacionales para fortalecer la vigilancia epidemiológica, fomentar la investigación y crear nuevos tratamientos. Sin embargo, el éxito —advierten los especialistas— dependerá del compromiso de la sociedad para usar los antibióticos únicamente cuando sean necesarios.
Cada medicación injustificada y cada automedicación abren la puerta a un futuro incierto. Sin acciones inmediatas, la humanidad podría regresar a una época en la que una infección sencilla vuelva a ser mortal.
El uso prudente de antibióticos, la educación sanitaria y la prevención de infecciones no son solo estrategias médicas: representan la última línea de defensa ante una amenaza que avanza sin detenerse.
ENFERMEDADES: ¿Cuánto daño causa el abuso de antibióticos en el cuerpo?
En los hospitales de todo el mundo, las infecciones que antes se controlaban con un tratamiento sencillo hoy desafían a los mejores fármacos. La resistencia antimicrobiana, un fenómeno impulsado por el uso indebido de antibióticos, se ha convertido en una amenaza silenciosa -- leer más
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