Una salida 'decorosa' para Pablo Gómez
Salvador García SotoComo director de la UIF, en los cuatro años que ocupó ese cargo, nunca investigó ni documentó ningún tema de lavado de dinero, delincuencia organizada o narcotráfico de los principales cárteles mexicanos o de algún otro personaje político o empresarial involucrado en esos temas, pero eso sí, documentó con lujo de detalles las transferencias financieras de Genaro García Luna en 2023, cuando este ya llevaba cuatro años preso en Estados Unidos, contribuyendo al enjuiciamiento y sentencia del exsecretario de Seguridad en el gobierno del presidente Felipe Calderón.
Eso define y describe bien lo que fue su gestión al frente del área de inteligencia financiera del gobierno mexicano: un ejercicio caracterizado por la politización y el manejo ideológico de lo que debía ser un área técnica y eminentemente de vigilancia al sistema bancario y financiero del país, además de seguimiento y documentación de las rutas del dinero sucio que manejan los grupos del crimen organizado y sus redes de protección política y financiera.
Por eso no fue sorpresa que, mientras el Departamento del Tesoro, a través de su FinCen, que es el equivalente a la UIF mexicana, tenía perfectamente detectados, investigados y mapeadas las actividades de lavado de dinero para los cárteles de la droga por parte de dos bancos mexicanos, Intercam y CiBanco, además de la Casa de Bolsa Vector, propiedad del exjefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Alfonso Romo, en la Unidad que dirigía Gómez Álvarez ni siquiera se hayan enterado y mucho menos hayan recibido información o alertas del organismo estadounidense que claramente no confiaba en el trabajo de su contraparte mexicana.
En la Secretaría de Hacienda y en Palacio Nacional se comenta que desde aquel momento se empezó a hablar de su inminente salida, sobre todo a partir de que no se enteró de lo que se estaba armando desde el gobierno de Estados Unidos. Y se habla también de que hubo movimientos financieros relacionados con cinco cuentas bancarias, en instituciones mexicanas, atribuidas al Cártel Jalisco Nueva Generación, en las que ya se habían notado anomalías y que él no procedió a investigarlas, a pesar de que desde la oficina del FinCen se habían recibido ya varias alertas sobre esas cuentas en bancos mexicanos.
Ese 25 de junio de 2025, el titular de la UIF mexicana quedó prácticamente tocado, cuando desde Washington desnudaron apenas una parte de la operación del crimen organizado para blanquear dinero ilícito, producto del tráfico de drogas como el fentanilo, a través del sistema bancario y financiero mexicanos. Su salida era cuestión de tiempo y fue anunciada el pasado sábado de improviso y a través de un comunicado del gobierno mexicano, y es posible que su relevo haya sido parte de los acuerdos y concesiones que aceptó la presidenta Claudia Sheinbaum en las negociaciones con el gobierno de Donald Trump para que a México le extendieran la aplicación de los aranceles generalizados por un plazo de 90 días.
Su llegada a coordinar una “comisión para la Reforma Electoral”, confirma que lo de Pablo Gómez siempre ha sido la política y no necesariamente las cuestiones técnicas ni financieras. Su historia como militante y dirigente de la izquierda histórica en México se dio por las vías estudiantiles, por su participación en el movimiento del 68, que lo llevó a militar en el Partido Comunista Mexicano y luego en el Frente Democrático Nacional y su consecuencia que fue el PRD, del que llegó a ser dirigente nacional.
Paradójicamente la salida decorosa que le otorga la presidenta Sheinbaum —con quien coincide en sus orígenes políticos estudiantiles—, lo llevaría a coordinar una reforma al sistema electoral mexicano con la que Morena busca eliminar la figura de la representación proporcional, herencia de la histórica reforma política de 1977, del priista Jesús Reyes Heroles, que fue gracias a la cual Pablo Gómez y muchos de sus compañeros del Partido Comunista, pudieron salir de la clandestinidad y llegar a ser diputados del Congreso mexicano en aquel año por la vía plurinominal.
Hoy, el colmo de la incongruencia, él mismo será el verdugo de esa reforma y de la representación proporcional que abrió a la pluralidad al sistema político mexicano y permitió a las minorías políticas llegar a ocupar espacios en el Congreso, mismos que hoy Sheinbaum quieren cerrar para consolidar a Morena como el nuevo partido hegemónico de México.
Porque a diferencia de la propuesta de Reforma Electoral que hizo para el expresidente López Obrador, y que nunca pasó por falta de mayoría, en aquel documento que Pablo elaboró junto con Horacio Duarte, hoy secretario de Gobierno del Edomex, se proponía ampliar y mantener el sistema de representación proporcional puro, para que todas las diputaciones se asignaran con base en la votación nacional de cada partido y de sus listas de candidatos. Pero ahora en la propuesta de Sheinbaum se ha planteado la posibilidad de desaparecer totalmente la vía plurinominal con todo y sus 200 diputaciones actuales.
Así que Pablo Gómez, a sus 81 años de edad, volverá a las lides políticas en las que siempre se ha movido y de las que ha vivido prácticamente desde que salió de la UNAM. Su paso por la UIF fue tan mediocre como politizado e ideológico, porque sólo se dedicaba a investigar a opositores al régimen mientras el crimen organizado y sus tentáculos se infiltraban en el sistema financiero. Veremos si con la “reforma electoral” que ahora le encargarán hace una mejor labor, porque de lo contrario su retiro se aproximaría en medio de la mediocridad y la ineptidud en sus últimos cargos.
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