Tensión entre EE. UU. y Sudáfrica por refugiados blancos

Donald Trump y Cyril Ramaphosa se enfrentaron en Washington tras el asilo otorgado a afrikáners, en medio de acusaciones de genocidio y tensión diplomática.

Donald Trump y el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, discutieron este miércoles en la Casa Blanca tras el asilo concedido a familias afrikáner, a quienes Estados Unidos considera víctimas de persecución racial. Ramaphosa negó enfáticamente cualquier genocidio blanco en su país.

El encuentro entre ambos mandatarios se produjo luego de que el Gobierno estadounidense decidiera acoger como refugiadas a familias blancas afrikáner procedentes de Sudáfrica, quienes alegan haber sido perseguidas por su origen étnico. La medida fue criticada por el gobierno sudafricano, que rechazó las acusaciones y exigió pruebas.

Durante la conferencia de prensa conjunta, Trump aseguró: "Generalmente, son agricultores blancos que huyen de Sudáfrica, y es muy triste verlo". El expresidente mostró a Ramaphosa un video con supuestos ataques a afrikáners y recortes de prensa sobre crímenes violentos, lo que tensó el intercambio diplomático.

Ramaphosa respondió que las acusaciones de genocidio carecen de fundamento y pidió no generalizar los casos de violencia criminal. "La mayoría de las víctimas en Sudáfrica no son blancas, sino negros sudafricanos", puntualizó el mandatario, asegurando que el país enfrenta desafíos de seguridad, pero sin componente racial sistemático.

La afirmación no pareció convencer a Trump, quien contestó que "los agricultores en cuestión no son negros", y pidió más claridad sobre los hechos denunciados por las familias solicitantes de asilo.

EE. UU. se retira de eventos del G20 en protesta diplomática

Como señal de protesta, el Gobierno de Trump anunció que no participará en los eventos del G20, organizados este año por Sudáfrica, hasta que se investigue a fondo lo que califica como “genocidio contra la población blanca”. La decisión fue considerada una provocación diplomática por parte del Gobierno sudafricano, que instó a Washington a basarse en datos verificables y no en “narrativas alarmistas”.

John Steenhuisen, ministro de Agricultura de Sudáfrica, también presente en la Casa Blanca, expresó que si existiera un genocidio de afrikáners, él mismo no estaría ahí. “Los datos de criminalidad en el país muestran que no hay un patrón racial, sino una crisis de seguridad que afecta a todos por igual”, afirmó.

Según reportes de organismos internacionales como Human Rights Watch, Sudáfrica enfrenta altos índices de violencia rural, pero no hay evidencia concluyente de un plan sistemático contra agricultores blancos.

¿Hay persecución contra afrikáners en Sudáfrica?

El término afrikáner se refiere a los descendientes de colonos holandeses y otros europeos asentados en Sudáfrica. Históricamente asociados al régimen del apartheid, algunos grupos han denunciado ser víctimas de represalias en el periodo posterior a la transición democrática. Sin embargo, no existen pruebas documentadas de genocidio, según informes de Amnistía Internacional y la ONU.

La narrativa de la “persecución blanca” ha ganado atención mediática en sectores conservadores estadounidenses, lo cual ha influido en decisiones de política migratoria durante la administración Trump. Expertos advierten que politizar esta narrativa puede agravar las relaciones bilaterales y alimentar discursos extremistas.

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