SSa refuerza acciones de salud mental ante suicidios en la región centro

El objetivo es evitar que se llegue a atentar contra la vida y sobre todo haciendo énfasis en los menores de edad.
El titular de la Jurisdicción Sanitaria 04, Faustino Aguilar Arocha, informó que en la Región Centro de Coahuila se ha detectado un preocupante aumento en los casos de suicidio y tentativas, principalmente entre adolescentes y jóvenes adultos.
Ante esta situación, las autoridades de salud intensificaron las estrategias de atención psicológica y emocional en escuelas, empresas y comunidades.
Aguilar Arocha señaló que la salud mental se ha convertido en una prioridad dentro de los programas estatales, ya que los registros recientes reflejan un crecimiento en los casos atendidos por pensamientos suicidas.
Indicó que personal especializado realiza capacitaciones en instituciones educativas, universidades y centros laborales, con el fin de orientar sobre los factores de riesgo y promover una cultura de prevención.
Capacitación y detección temprana
En los talleres, el personal de salud mental ofrece herramientas para que maestros, compañeros de trabajo y familiares aprendan a identificar señales de depresión, ansiedad o desesperanza, síntomas que suelen anteceder a un intento de suicidio. El funcionario explicó que en las secundarias y preparatorias se aplican cuestionarios de detección temprana que ayudan a localizar a estudiantes con posibles problemas emocionales, canalizándolos a atención psicológica o médica, según el caso.
El Código 100, una respuesta rápida
Dentro de estas acciones, Aguilar Arocha destacó la aplicación del protocolo “Código 100”, un mecanismo que permite actuar de inmediato cuando se detecta a una persona con riesgo de atentar contra su vida.
Este código activa la coordinación entre personal de salud, servicios de emergencia y autoridades locales, reduciendo el tiempo de respuesta en situaciones críticas.
Preocupación por los adolescentes
Aunque el fenómeno afecta a distintos grupos de edad, la población juvenil es la más vulnerable. El funcionario precisó que las edades más comunes entre los casos atendidos oscilan entre los 15 y 20 años, etapa en la que influyen factores como la presión social, los problemas familiares y el uso excesivo de redes sociales.
Aguilar Arocha hizo un llamado a los padres de familia y docentes a mantener comunicación constante con los adolescentes y a no minimizar signos de tristeza o aislamiento. “La atención temprana salva vidas; escuchar y acompañar puede marcar la diferencia”, enfatizó.
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