“Sólo somos números”: Gaza llora muerte de bebés hambrientos

Zainab, una bebé de cinco meses, murió por desnutrición en Gaza, donde el acceso limitado a alimentos y medicinas provoca muertes diarias.

Zainab Abu Halib, una bebé de cinco meses, murió por falta de fórmula especial y atención médica adecuada en el sur de Gaza, informó el hospital Nasser de Jan Yunis. Su madre dijo que al morir pesaba menos que al nacer. La menor es una de las 85 víctimas infantiles registradas en las últimas tres semanas por causas relacionadas con la desnutrición, según datos del Ministerio de Salud de Gaza.

El jefe del departamento de pediatría, Dr. Ahmed al-Farah, indicó que Zainab sufría alergia a la leche de vaca y necesitaba una fórmula que no está disponible en el territorio. Su cuerpo mostró signos claros de emaciación extrema, con los huesos visibles y el peso corporal muy por debajo del promedio.

Condiciones críticas en hospitales y clínicas

El departamento pediátrico del hospital, con capacidad para ocho camas, atiende actualmente a más de 60 niños con desnutrición grave. Otra clínica afiliada recibe alrededor de 40 casos nuevos por semana. La saturación ha obligado a instalar colchones en el suelo.

“La falta de acceso a fórmula y alimentos terapéuticos está condenando a los bebés a morir lentamente”, advirtió el médico.

Ayuda insuficiente y restricciones

Israel impuso un bloqueo total a Gaza tras el colapso del último alto al fuego en marzo. Aunque desde mayo ha permitido la entrada de unos 4,500 camiones con ayuda, la cifra está muy por debajo de los 500 a 600 diarios que, según la ONU, se necesitan para abastecer a la población.

La ONU también ha señalado que gran parte de la ayuda no puede distribuirse debido a la inseguridad y al colapso logístico. Mientras tanto, más de mil palestinos han muerto intentando conseguir alimentos en zonas de distribución, según reportes de la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas.

Desesperanza entre familias desplazadas

La familia de Zainab vive en una tienda de campaña, desplazada desde hace meses. Su madre, también desnutrida, no pudo continuar amamantándola más allá de seis semanas. “Con la muerte de mi hija, habrá más”, dijo. “Nuestros hijos ya sólo son nombres y números”.

La comunidad médica y humanitaria advierte que, si no se abren los cruces y se garantiza el ingreso de suministros, las muertes seguirán aumentando en un territorio donde más del 25% de los niños ya presentan malnutrición aguda.