Regreso del bisonte fortalece biodiversidad y cultura indígena

Se introducen 44 bisontes en Coahuila: 6 machos y 38 hembras, algunas preñadas, contribuyendo a la restauración de pastizales, resiliencia climática y conservación de ecosistemas emblemáticos.

José Dávila Paulin, encargado de la cuenca Don Martín 04 de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), anunció la introducción de 44 bisontes en Coahuila. Se trata del bisonte americano de las planicies (Bison bison bison), el mamífero terrestre más grande de América, que habitaba hace siglos los pastizales de México, Estados Unidos y Canadá, siendo parte fundamental de la cultura y cosmovisión de los pueblos indígenas.

Hace más de 200 años existían alrededor de 30 millones de bisontes, pero para 1880 la población se redujo a poco más de 1,000 individuos debido a la destrucción de hábitats, fragmentación de pastizales, enfermedades y cacería intensiva. Tras más de un siglo de esfuerzos de conservación, investigadores, organizaciones civiles, academia, sector privado, organismos internacionales y autoridades mexicanas desarrollaron un proyecto para reintroducir la especie, especialmente en Coahuila.

Origen y traslado de los ejemplares

Los 44 bisontes provienen del Rancho El Uno, en la Reserva de la Biosfera Janos, Chihuahua, donde Cuenca Los Ojos gestiona una de las manadas más importantes del país. Los ejemplares fueron trasladados a la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) “El Santuario”, ubicada en el Área de Protección de Recursos Naturales Cuenca Alimentadora del Distrito Nacional de Riego Don Martín, en Coahuila.

Este traslado es clave para la conservación de la especie en México, ampliando su distribución y fortaleciendo la restauración de los pastizales del Desierto Chihuahuense.

Además, establece un modelo de manejo técnico que puede replicarse en otras regiones, asegurando la supervivencia del bisonte y la regeneración de los ecosistemas degradados.

Beneficios ecológicos y manejo poblacional

El bisonte es esencial para la regeneración de pastizales, mejora la estructura del suelo, favorece la vegetación nativa y resiste mejor las sequías que el ganado vacuno. La estrategia de reintroducción se basa en cuatro líneas de acción: fortalecer la categoría del bisonte como especie de “protección especial”; realizar un manejo poblacional integral que incluya arreo, registro y selección de individuos; regular el crecimiento poblacional para mantener pastizales saludables; y donar ejemplares a ranchos adecuados para expandir la especie hacia nuevos territorios.

Representantes de la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS) y de la Subsecretaría de Biodiversidad y Restauración Ambiental de SEMARNAT destacaron la importancia de este esfuerzo coordinado, que combina experiencia técnica, regulación nacional y colaboración interinstitucional para garantizar la conservación sostenible.

Alianzas estratégicas y proyección futura

El proyecto involucra a SEMARNAT, CONANP, Cuenca Los Ojos, Fundación Pro Cuatrociénegas y FMCN. Pedro Álvarez Icaza Longoria, titular de CONANP, destacó que la expansión del bisonte demuestra el valor de alianzas entre instituciones públicas, organizaciones civiles y comunidades indígenas, promoviendo un manejo técnico, regulado y de largo plazo.

Además de los beneficios ecológicos, la reintroducción del bisonte fortalece la bioculturalidad, reconociendo la relación milenaria de los pueblos N'dee/ N'nee/Ndé con esta especie.

Su regreso se percibe como un símbolo de resiliencia y recuperación, reforzando la identidad y la historia de estas comunidades. La nueva manada permitirá que más propietarios participen en proyectos de conservación, expandiendo la presencia del bisonte y asegurando su papel ecológico y cultural en el norte de México de manera sostenible.

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