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¿Qué Significa la Frase 'Domingo 7'?

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Agencias / El Tiempo
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Descubre el origen medieval y la leyenda nórdica detrás de la popular expresión "salir con tu domingo 7" y su curiosa vinculación histórica.

La frase "no vayas a salir con tu domingo 7" es una expresión profundamente arraigada en el habla coloquial de varios países de habla hispana. Funciona como una advertencia o un reproche parental dirigido principalmente a las hijas, temiendo que anuncien un embarazo no planeado a una edad considerada prematura. Aunque su uso es moderno, sus raíces se hunden en historias folclóricas europeas de la Edad Media, transitando un camino desde los cuentos de hadas hasta el lenguaje cotidiano.

Este dicho no está relacionado con la superstición numérica de fechas como el viernes 13, sino con una consecuencia específica y socialmente disruptiva para su época. Su persistencia a lo largo de los siglos es un ejemplo fascinante de cómo el folclor y las narraciones antiguas pueden permear la cultura y perdurar a través del lenguaje.

Los hermanos Grimm y el registro escrito de la leyenda

El primer registro escrito conocido que asocia la frase a una consecuencia negativa se encuentra en el trabajo de los lingüistas y cuentistas alemanes Jacob y Wilhelm Grimm, famosos por recopilar relatos populares en su obra Cuentos infantiles y del hogar (1812-1855). Aunque no incluyeron la historia completa del "domingo 7" en sus compilaciones más famosas, sí hicieron una referencia directa a ella en sus notas y escritos sobre el folclore germánico.

En el relato recogido por los Grimm, dos amigos se topan con un grupo de campesinos que cantan una canción enumerativa: “Lunes uno, martes dos, miércoles tres, jueves cuatro, viernes cinco, sábado seis”. Los amigos, en un acto de imprudencia o broma, interrumpen el canto gritando al unísono "¡domingo siete!". La reacción no es de alegría, sino de ira. Los campesinos los golpean como castigo por su intromisión, y los dos logran escapar apenas con vida. Esta versión establece el patrón clave: la interrupción con la frase "domingo siete" provoca un castigo inmediato y severo.

Sin embargo, los hermanos Grimm no inventaron la historia. Su trabajo fue de recopilación y reinterpretación de tradiciones orales mucho más antiguas. Su contribución fue crucial para documentar y, por tanto, popularizar la frase, dándole una base literaria que permitió su estudio y transmisión.

La leyenda nórdica original: El hechizo del bosque

La versión más antigua y que directamente explica la connotación de un embarazo inesperado es una leyenda nórdica precristiana que los Grimm reinterpretaron. Este relato, transmitido oralmente durante generaciones, ofrece el vínculo claro con el significado actual de la expresión.

De acuerdo con esta leyenda, una joven e imprudente muchacha se adentra en un bosque encantado, un lugar conocido por ser el hogar de seres mágicos como duendes, hadas o elfos. En una parte recóndita, descubre a un grupo de estas criaturas danzando en círculo y cantando una melodía hipnótica y repetitiva: “Lunes uno, martes dos, miércoles tres, jueves cuatro, viernes cinco, sábado seis”.

Embargada por la emoción y sin medir las potenciales consecuencias, la joven rompe el protocolo mágico. Irrumpe desde su escondite entre los arbustos y grita, completando la secuencia: “¡Y domingo siete!”. La reacción de las criaturas no es de bienvenida, sino de furia al verse interrumpidas por un mortal. Como castigo por su osadía y falta de respeto, no la golpean, sino que le lanzan un poderoso hechizo. La maldición que esparcen sobre ella no es otra que dejarla embarazada mágicamente.

Este relato servía como una herramienta de advertencia moralizante para las jóvenes de la comunidad. Enseñaba sobre los peligros de la curiosidad, la imprudencia y el aventurarse en lugares prohibidos o de dudosa reputación, con una consecuencia directa y tangible: una maternidad no deseada y fuera del matrimonio, que en aquel contexto histórico suponía una grave catástrofe social y familiar.

La travesía transatlántica y su asentamiento en América

¿Cómo llegó esta expresión desde las leyendas nórdicas y germanas hasta América Latina? El vehículo de transmisión fue, casi con total seguridad, el proceso de colonización española y portuguesa. Los conquistadores y, sobre todo, los misioneros y colonos que llegaron al Nuevo Mundo trajeron consigo no solo su lengua, sino también su cultura, supersticiones y folclore.

Las historias y dichos populares se transmitían oralmente en las comunidades, adaptándose y mezclándose a veces con las tradiciones indígenas. La expresión, ya con su carga de advertencia sobre las conductas femeninas y sus consecuencias, caló en la sociedad colonial, profundamente conservadora y preocupada por el honor y las apariencias. La frase se mantuvo viva de generación en generación, perdiendo poco a poco su conexión directa con la leyenda de duendes, pero reteniendo firmemente su significado de reprimenda ante un embarazo precoz e inoportuno.

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