Primer caso en Monclova de justicia por mano propia; muere ladrón tras ser golpeado

Gilberto “El Gabacho o Pollo” murió tras varios días en coma, en lo que podría ser el primer caso documentado en Monclova de justicia por mano propia.

Gilberto Román Carrillo Torres, alias “El Gabacho” el "El Pollo", falleció este miércoles en el Hospital General Amparo Pape de Benavides de Monclova, tras estar varios días en coma. Según diversas versiones, fue víctima de una golpiza por parte de vecinos hartos de sus delitos, lo que marcaría el primer caso documentado en la ciudad donde civiles habrían hecho justicia por su cuenta.

Fallece “El Gabacho”: justicia callejera en Monclova

El deceso de Gilberto Román Carrillo Torres, mejor conocido como “El Gabacho” o “El Pollo”, ha encendido el debate público en Monclova. Este hombre, con un amplio historial delictivo, falleció tras permanecer días en estado crítico, luego de presuntamente ser golpeado por ciudadanos que lo sorprendieron robando. El hecho, aún bajo investigación, podría convertirse en el primer caso registrado oficialmente en Monclova donde la justicia fue tomada por manos civiles.

Tres versiones, una muerte

La Fiscalía General del Estado de Coahuila aún no ha confirmado una versión oficial, pero tres hipótesis han surgido en torno a los hechos ocurridos hace poco más de una semana:

1. Que un guardia de seguridad escolar lo habría sometido y golpeado tras sorprenderlo robando en una primaria de la colonia Primero de Mayo.

2. Que vecinos enfurecidos, tras identificarlo, lo golpearon brutalmente antes de entregarlo a la Policía.

3. Que agentes municipales, una vez detenido, lo habrían agredido dentro de los separos.

Mientras las investigaciones continúan, peritos forenses y agentes ministeriales recaban pruebas para esclarecer qué versión se apega a la realidad.

“El Gabacho o El Pollo”: temido por comerciantes

Gilberto Román era un rostro conocido para trabajadores, comerciantes y vecinos del sector Oriente. Durante años, fue señalado como autor de múltiples robos con violencia. Según testimonios recogidos por este medio, solía entrar armado con cuchillo a tiendas de conveniencia, intimidando y golpeando para luego huir con mercancía y efectivo.

“No pedía permiso, entraba gritando, golpeaba y se llevaba todo”, narró un empleado de una tienda afectada.

Su historial incluye al menos cinco reportes policiales por robo agravado, aunque nunca se logró una sentencia definitiva.

Familia exige justicia; ciudadanos, respuestas

Tras su fallecimiento, una hermana del fallecido exigió en redes sociales justicia y responsabilizó a quienes lo golpearon. “Un delincuente debe ir a la cárcel, no ser asesinado”, escribió. El comentario ha generado opiniones divididas: algunos condenan la violencia, otros justifican el hartazgo social.

¿Justicia civil o colapso institucional?

Este caso revive una pregunta urgente:
¿Qué ocurre cuando los ciudadanos pierden la fe en las instituciones de justicia?
Para expertos locales, este incidente revela una preocupante tendencia: la desconfianza en la policía y en el sistema judicial de Monclova, especialmente cuando se trata de delitos menores que rara vez resultan en cárcel efectiva.

En 2024, según datos del INEGI, sólo el 11% de los delitos cometidos en Coahuila derivaron en una sentencia condenatoria, lo que refuerza la sensación de impunidad.

¿Quién falló primero?

El caso de “El Gabacho o El Pollo” no solo es una historia de crimen y castigo. Es también una radiografía de una sociedad agotada, incrédula y a la defensiva, donde la justicia legal parece lejana y la justicia callejera, aunque peligrosa, se vuelve tentadora.
Hoy, Monclova escribe un capítulo inédito en su historial criminal: la muerte de un delincuente a manos del pueblo, y con ello, una advertencia sobre los peligros de vivir sin confiar en las instituciones.

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