Piedras Negras conmemora los sismos de 1985 y 2017 con simulacro nacional
Piedras Negras participa en simulacro nacional por sismos de 1985 y 2017, evacuando C4 en 3.5 min. Más de 80 millones recibieron alertas en México.

Más de 80 millones de mexicanos recibieron alertas durante los simulacros en todo el país. El simulacro consistió en evacuar a 21 personas trabajadores del C4, logrando completar la evacuación en 3.5 minutos.
En cumplimiento de la convocatoria emitida por la Coordinación Nacional de Protección Civil, este 19 de septiembre se llevó a cabo un simulacro nacional para recordar los devastadores sismos ocurridos en 1985 y 2017, cuyos impactos mayores se sintieron en la Ciudad de México, uno como resultado de fallas estructurales y otro por la magnitud del fenómeno. La fecha coincide también con el Día Nacional de la Protección Civil, instituido para reforzar la cultura de prevención en todo el país.
En Piedras Negras, el ejercicio tuvo lugar en el edificio del C4 (Centro de Comando, Control, Comunicación y Cómputo), bajo la hipótesis de un incendio.
Evacuación. Francisco Contreras, comandante regional de Protección Civil, explicó que participaron diversas instituciones: la Agencia de Investigación Criminal, la Policía Estatal, la Policía Municipal y la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). El simulacro consistió en evacuar a 21 personas trabajadores del C4, logrando completar la evacuación en 3.5 minutos, tiempo considerado adecuado para este tipo de ejercicios.
Simulacros y prevención. Los simulacros como el de hoy forman parte de una estrategia más amplia que busca fortalecer la cultura de prevención de desastres en todo el país. En ese sentido: El Simulacro Nacional 2025 convocado por Protección Civil y autoridades federales prevé la participación de millones de personas. Se espera que más de 80 millones de personas reciban alertas en sus celulares, además de la activación de altavoces urbanos, radio, televisión y otros mecanismos de difusión. Este tipo de simulacros nacionales son ahora una tradición, recordando los sismos más impactantes: el de 1985, que causó gran destrucción y elevado número de víctimas en la Ciudad de México; y el de 2017, registrado el 19 de septiembre, que igualmente dejó daños importantes y numerosas pérdidas humanas. En la Ciudad de México, por ejemplo, durante el simulacro nacional más reciente participaron más de 8.4 millones de personas, junto con miles de inmuebles escolares, mercados, centros comerciales, etc., lo que da una idea de la escala de estas convocatorias. Estos ejercicios no solo evalúan los tiempos de respuesta y los protocolos de evacuación, sino que también permiten identificar áreas de mejora en infraestructura, señalética, rutas de escape, coordinación interinstitucional y conciencia ciudadana.
Fenómenos naturales recurrentes en Piedras Negras. Piedras Negras, ubicada en la frontera norte de Coahuila, ha enfrentado diversos fenómenos meteorológicos severos en los últimos años. Algunos datos históricos muestran la magnitud de los riesgos a los que está expuesta la población: En 2004, la inundación de Villa de Fuente dejó pérdidas humanas, afectaciones a viviendas y daños generalizados en infraestructura. En 2007, un tornado catalogado como de categoría F3, con ráfagas de viento que alcanzaron hasta 240 km/h, causó graves daños. Registró 10 muertos, más de cien heridos, cerca de 400 viviendas dañadas y alrededor de mil damnificados. También en 2007, hubo fuertes lluvias e inundaciones que afectaron múltiples colonias, particularmente Villa de Fuente, El Vergel, Periodistas, Presidentes, entre otras, dejando saldo de personas afectadas y pérdidas materiales importantes. En fechas más recientes, el 8 de mayo de 2025, una intensa tormenta causó inundaciones en Piedras Negras, arrastró vehículos y causó colapso del drenaje, dejando vialidades cerradas temporalmente y dañando pavimentos.Estos antecedentes resaltan la necesidad de que los simulacros contemplen no solo escenarios de sismos o incendios, sino también lluvias extremas, tormentas eléctricas, granizadas, inundaciones repentinas y otros fenómenos que han demostrado su capacidad de causar daños severos.
Retos y lecciones aprendidas. Aunque los simulacros son útiles, suelen enfrentar limitaciones que los organizadores reconocen: El cumplimiento estricto y efectivo de protocolos en todos los inmuebles. Algunos edificios tienen vías de evacuación deficientes, señalética escasa, iluminación irregular o rutas que podrían estar bloqueadas en situaciones reales. La participación de personal o población ajena al ámbito institucional suele ser menor, lo que dificulta medir la verdadera capacidad de evacuación masiva. En muchos casos, los simulacros no incluyen escenarios múltiples al mismo tiempo (por ejemplo, fuego + humo + caída de estructuras + necesidad de rescate) que pueden complicar mucho más la operación en emergencias reales. La cultura de prevención en varias zonas de Coahuila y México aún puede fortalecerse; muchas personas desconocen las rutas de evacuación en sus propios espacios de trabajo o vivienda, o no saben cómo reaccionar adecuadamente.
Importancia de recordar 1985 y 2017. Los sismos de 1985 y 2017 permanecen en la memoria colectiva de México porque evidenciaron que los daños pueden ser extensos, las pérdidas humanas muy altas, y las estructuras vulnerables ante fenómenos naturales. Al conmemorar estos eventos mediante simulacros, se busca: No solo honrar a las víctimas sino aprender de lo ocurrido, ajustando reglamentos, normas de construcción y protocolos de emergencia. Reforzar que el territorio mexicano es sísmico y vulnerable también a otros riesgos naturales (meteorológicos, hidráulicos, climáticos) y que la protección civil no debe ser vista como un mero adorno institucional. El simulacro llevado a cabo hoy en el C4 de Piedras Negras, es un recordatorio de los pendientes: fortalecer la infraestructura, difundir más ampliamente la cultura de protección civil y adaptar las simulaciones a los riesgos reales que enfrenta la población. Dadas las lluvias intensas, tornados históricos, inundaciones y otros fenómenos meteorológicos que han impactado severamente a Piedras Negras, es claro que no se trata de preparar para lo improbable, sino para lo posible. Ejercicios como el realizado hoy ayudan no solo a medir capacidad de respuesta, sino a salvar vidas cuando ocurra lo inesperado.
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