Parrott mete a Irlanda en la 'repesca' y asciende a héroe nacional

Troy Parrott se ha convertido en el nuevo ídolo de Irlanda, que ahora jugará la repesca rumbo al Mundial 2026. Tras anotar un doblete contra Portugal que los mantuvo con vida, coronó su actuación con un ‘hat-trick’ ante Hungría en el minuto 96, silenciando por completo el Puskas Arena.

Nadie en Budapest, ni en sus peores escenarios, habría imaginado un final así para una selección húngara que no participa en un Mundial desde México 1986, hace ya cuatro décadas. Todo parecía encaminado cuando, apenas a los tres minutos, Dániel Lukács abrió el marcador tras un centro de Szoboszlai desde el costado izquierdo del área.

En ese instante, Hungría igualaba en puntos con Portugal y quedaba a solo dos goles de arrebatarle el liderato al equipo de Roberto Martínez. Sin embargo, Irlanda no estaba dispuesta a bajar los brazos y, menos de diez minutos después, el VAR sancionó un penalti sobre Ogbene que Parrott convirtió sin problemas.

El golpe dejó tocada a Hungría, aunque en el minuto 37 recuperó la ventaja gracias a Barnabás Varga, quien bajó un centro de Kerkez con el pecho y sacó una volea imparable desde la frontal. Sería la última alegría magiar antes del descanso.

En el segundo tiempo, Hungría, impulsada por su afición, parecía tener el partido bajo control frente a una Irlanda que, luego de un cabezazo de Jack O'Brien en el añadido de la primera mitad, no volvió a generar peligro. Pero seguían vivos, y a diez minutos del final Parrott volvió a aparecer para empatar tras recibir un pase de Finn Azaz y definir ante Dibusz.

El empate seguía favoreciendo a Hungría, que ya había renunciado a competir por el primer puesto ante una Portugal que goleaba a Armenia en Oporto. En ese contexto, el técnico Marco Rossi comenzó a sacar a varios jugadores ofensivos para aguantar el marcador en los minutos finales.

Irlanda, sin otra opción, se volcó al ataque en busca de la remontada que les asegurara un lugar en la repesca. Johnny Kenny estuvo a punto de lograrlo en el 91’, pero Dibusz frustró la ocasión en el área chica. Sin embargo, ya en tiempo cumplido, el portero húngaro falló al salir por un balón enviado al área por Kelleher; Scales prolongó de cabeza y Parrott apareció para empujar la pelota y consumar el milagro irlandés.

Tras el pitido final de Espen Eskas, las imágenes reflejaban pura desolación: una nación que había logrado empatar a Portugal en Lisboa en el último minuto y que incluso soñó con el primer puesto del grupo, terminó viviendo una de las tardes más dolorosas de su historia futbolística.

Noticias del tema