Mundial 2026: los retos para México y el factor Trump

En medio de protestas de inmigrantes, conflictos comerciales y la amenaza de una guerra militar, Estados Unidos se declaró esta semana listo para recibir la Copa de la FIFA en julio del próximo año, mientras que en México aún existen varios pendientes que resolver, sobre todo en materia de infraestructura. Los gobiernos federal y el de la Ciudad de México trabajan a marchas forzadas para recibir el evento en las mejores condiciones, aunque los tiempos comienzan a comprometer los alcances de los proyectos.

Sin importar que las prioridades del presidente Donald Trump se han centrado en elevar el tono del discurso contra los inconformes por sus nuevas medidas migratorias y contra el gobierno de Irán, en Estados Unidos se echó a andar de manera exitosa el proyecto del presidente de FIFA, Gianni Infantino, muy amigo de Trump: el Mundial de Clubes, con entradas en los estadios que rondan los 50 mil aficionados. Esto garantiza que se llegará al objetivo de derrama económica de 9 mil 600 millones de dólares para el país sede y de casi 21 mil millones para el organismo rector del futbol internacional.

El evento, que además coincide con el torneo de futbol de la zona geográfica (la Copa Oro) –también con entradas aceptables en los recintos en los que se llevan a cabo los partidos–, tiene el potencial de convertirse en un ejemplo de manejo financiero y de puesta a punto de la infraestructura. Esto contrasta con México, donde las cosas marchan más lento y a donde no se ha parado Infantino desde abril del 2022, a pesar de los llamados y guiños que se le han hecho.

La representante de México para la Copa Mundial de la FIFA 2026, Gabriela Cuevas, ha dejado saber en algunas declaraciones la preocupación del gobierno mexicano, aunque se mantiene el compromiso de los gobiernos de Claudia Sheinbaum y Clara Brugada de garantizar a la FIFA y a los asistentes un evento seguro y que sea rentable, lo que significa desarrollar estrategias para asegurar espacios suficientes de hospedaje, así como servicios, movilidad y seguridad.

En el caso de la Ciudad de México, la Secretaría de Turismo local, que lleva Alejandra Frausto, tiene claro que a tan solo 12 meses de que ruede el balón en territorio capitalino existe un déficit de 40% de espacios de hospedaje. Lo dice en privado, pero se sabe públicamente. Para albergar a los 5 millones de visitantes que se esperan para esas fechas se requerirán más alternativas que las 62 mil habitaciones totales del segmento hotelero y que los más de 26 mil alojamientos existentes en plataformas como Airbnb y Booking.

Las grandes urbes de la llamada Megalópolis, en entidades como Morelos, Puebla, Hidalgo y Estado de México, podrían ser una alternativa para incrementar la oferta de infraestructura, aunque esta idea conlleva también la necesidad de desarrollar otros modelos de transporte interurbano, cuando por el momento los planes se enfocan únicamente en invertir en la movilidad desde diferentes puntos de la CDMX hacia el estadio Ciudad de México (Azteca).

También luce complicado cumplir el objetivo de democratizar la Copa del Mundo a través de la disposición de pantallas gigantes en puntos estratégicos de la ciudad, para instalar los denominados “Fan Fest”. El reto es convencer a la FIFA de que estos espacios son para darle al evento internacional un toque social, y no precisamente para detonar más negocio. Mucho trabajo por hacer para los gobiernos federal y locales; sobre todo el de la CDMX. En la capital del país, la mancuerna de Juan Pablo de Botton y Carlos Martínez tiene la encomienda de hacer cumplir los compromisos, el primero desde la Secretaría de Finanzas y el segundo como director del Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad de México.

Lo positivo de la inversión pública de más de 6 mil millones de pesos que realiza el gobierno de Clara Brugada es que se mejorará la infraestructura y la movilidad de una parte de la ciudad, además de que aumentará la visita de turistas, sobre todo internacionales.

Posdata

Finalmente sesionó el Órgano de Gobierno de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción para calificar el proceso de selección de su nuevo titular. Ahí reunidos, el Auditor Superior de la Federación, David Colmenares; la titular de la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno, Raquel Buenrostro; la Fiscal Especializada en Materia de Combate a la Corrupción, María de la Luz Mijangos; el presidente del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, Guillermo Valls, y la presidenta del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, Vania Pérez Morales, desecharon la terna integrada por José Alberto Reyes Fernández, Martha Patricia Aguilar Espinosa y Jaime Adrián Cerdio Moisés, por la presunción de conflicto de interés que se ventiló en este espacio. La Secretaría Ejecutiva del SNA quedará entonces acéfala y éste se volverá aún más inoperante.

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