Luis Enrique, socio del Barça y 'enemigo eterno' del Real Madrid

Luis Enrique vuelve a cruzarse con su pasado, enfrentándose al Real Madrid, un club con el que guarda escasa simpatía y al que reniega cada vez que se le menciona. El entrenador del PSG recordó recientemente que "sigo siendo socio del Barcelona", dejando claro dónde están sus lealtades de cara a una semifinal que le genera una motivación especial.

El duelo entre el Paris Saint-Germain y el Real Madrid, considerado por muchos como una final anticipada del Mundial de Clubes, coronará el domingo en Nueva Jersey a su primer campeón bajo el nuevo formato ampliado.

Esta temporada ha sido la mejor tanto para el PSG como para Luis Enrique, quien ha demostrado una gran capacidad de adaptación desde que comenzó su carrera en los banquillos, relevando a Pep Guardiola en el Barça Atlètic en 2008, hasta su llegada al conjunto parisino, donde ha conseguido imponerse con autoridad.

Durante la rueda de prensa previa al partido, el técnico asturiano comentó: "Siempre es un placer enfrentarse al Real Madrid; lo ha sido y lo seguirá siendo, por lo que representa jugar contra el club más laureado del mundo". Declaraciones que contrastan con su declarada afinidad por el Barcelona, donde sigue siendo una figura muy respetada, a pesar de ciertos episodios controvertidos como la efusiva celebración tras eliminar al Barça con el PSG o su distante relación con Xavi Hernández en 2024.

Su historia con el Real Madrid es conocida: tras jugar con los merengues, en 1996 dio el salto al Barcelona, donde rápidamente se ganó el cariño de la afición azulgrana, que lo adoptó como uno de los suyos. En sus primeros meses como culé, incluso dijo: “Me veo en las fotos con la camiseta del Madrid y no me reconozco”. Como jugador, disfrutaba especialmente de los enfrentamientos contra su exequipo, y como técnico del Barça reavivó esa rivalidad cuando fue elegido por Zubizarreta en 2014 para dirigir al primer equipo.

Este miércoles, Luis Enrique se reencontrará con el Real Madrid por primera vez en ocho años. Su último enfrentamiento fue el 23 de abril de 2017, cuando un gol agónico de Messi en el Bernabéu dio la victoria 2-3 al Barça. Entre su etapa como futbolista y entrenador, ha disputado 24 Clásicos, con 11 triunfos, 8 empates y solo 5 derrotas.

Tras conquistar todos los títulos posibles esta temporada, coronarse en Nueva Jersey sería el broche perfecto para este PSG, que ha encontrado en el técnico asturiano a un líder ideal, admirado tanto en París como en Barcelona.

“Soy culé, sigo siendo socio del Barça y también sportinguista, así que enfrentarme al Madrid siempre es especial”, señaló entre risas frente a los medios españoles, con quienes tuvo una relación tensa cuando dirigía a la selección nacional. Ahora, más alejado del foco mediático que lo rodeaba en España, se mide otra vez al club blanco, al que respeta, aunque sabe que será visto como el eterno rival desde la ciudad condal.