Los Boston Red Sox sufrieron una nueva y dolorosa derrota en el primer encuentro de la serie del lunes frente a los Philadelphia Phillies.
Con el marcador empatado 2-2 en la décima entrada, el relevista Jordan Hicks —quien llegó a Boston en el traspaso que involucró a Rafael Devers— subió al montículo en el Citizens Bank Park. Aunque es conocido por su potente recta, Hicks tuvo una salida errática: otorgó una base por bolas en cuatro lanzamientos a Otto Kemp y luego cometió un lanzamiento descontrolado frente a Max Kepler, lo que permitió que los corredores avanzaran a segunda y tercera. Posteriormente, Hicks otorgó un pasaporte intencional a Kepler para llenar las bases sin outs.
Acto seguido, Edmundo Sosa se presentó al bate por los Phillies. En cuenta de 1-2, intentó hacer contacto y el bate rozó el guante del receptor Carlos Narváez. Los árbitros determinaron interferencia del receptor, lo que permitió que el corredor de tercera anotara la carrera del triunfo de forma automática.
Un desenlace muy poco común
De acuerdo con Stathead, esta fue apenas la segunda vez en la historia de las Grandes Ligas que un juego se decide con una interferencia del receptor en un “walk-off”. La primera ocasión se remonta a 1971, cuando los Dodgers de Los Ángeles ganaron bajo circunstancias similares.
Gran duelo de abridores arruinado por el cierre
La inusual conclusión del juego empañó lo que había sido un enfrentamiento cerrado y bien jugado. El abridor de Boston, Walker Buehler, tuvo una destacada actuación al limitar a los Phillies a una carrera limpia en siete entradas, superando incluso a Zack Wheeler, candidato al Cy Young por la Liga Nacional. Jarren Duran abrió el marcador con un jonrón, mientras que Trevor Story empató el encuentro con un sencillo productor en la sexta entrada.
Tras la derrota, los Red Sox quedaron con récord de 1-3 desde el receso del Juego de Estrellas. Buscarán revertir la situación este martes, con Richard Fitts como abridor ante Christopher Sánchez por los Phillies.