Los elefantes en la sala del Consejo de Morena
Mario MaldonadoEl partido oficial está en crisis. Como era previsible, tras la ausencia pública de su fundador, Andrés Manuel López Obrador, las diferentes corrientes y liderazgos comenzaron a pelear el poder. Aun con AMLO en la Presidencia, varios de sus integrantes se enfrentaron, pero el líder omnipotente logró apaciguarlos. Con Claudia Sheinbaum las cosas son muy diferentes. La mandataria no ha intervenido mucho las decisiones del partido porque reconoce lo que la mayoría de los liderazgos dicen en privado: que a ella no le deban nada, como sí a López Obrador, y que como el tabasqueño ya se jubiló, tienen la libertad para hacer y deshacer, con el riesgo de generar una implosión en el partido, como ya comenzó a suceder.
Este fin de semana se llevó a cabo el Consejo Nacional de Morena. Alrededor de 300 integrantes se congregaron en un hotel de la Ciudad de México para discutir temas que no se sostienen en los hechos, como el punto número uno de la orden del día: Cero tolerancia. “Morena no protegerá a ningún militante corrupto”, gritó a los cuatro vientos la presidenta del partido, Luisa María Alcalde, frente al aparecido exgobernador de Tabasco y actual coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, quien es acusado por su paisano, el gobernador morenista Javier May de permitir el crecimiento de los grupos criminales en la entidad y de haber designado a Hernán Bermúdez como secretario de Seguridad, actualmente buscado por las autoridades por su presunta colusión y liderazgo del grupo criminal La Barredora.
Mientras tanto el gobernador de Sonora y presidente del Consejo Nacional, Alfonso Durazo –también cuestionado por su gestión como secretario de Seguridad Pública federal, con López Obrador, cuando el crimen organizado se disparó en el país, al igual que ha sucedido en la entidad que gobierna–, llamó a cerrar filas en torno al proyecto de transformación que encabeza la presidenta Sheinbaum. “No podemos permitir desviaciones ideológicas ni la entrada de actores con pasados cuestionables”, dijo, como si algunos de los integrantes del partido oficial y el gobierno no hayan sido varias veces criticados por Estados Unidos por lo que consideran una “alianza intolerable” con el crimen organizado.
Es decir que, mientras los morenistas se daban baños de pureza con frases como la de la presidenta nacional, sobre que “Morena no encubrirá a nadie” y que los señalamientos por presuntos actos delictivos, como los que rodean al exsecretario de Seguridad de Tabasco deben ser investigados por las autoridades, el elefante estaba en la sala. Ya no solo es la oposición política, las denuncias de empresarios o las investigaciones periodísticas han dado cuenta de las presuntas relaciones de algunos de sus integrantes con asuntos de corrupción o con actividades ilícitas, sino que ahora el gobierno de Estados Unidos investiga tales vínculos.
Así, en medio de las crecientes presiones por este tipo de escándalos, Morena celebró su Consejo Nacional en el que se reafirmó el respaldo absoluto a la presidenta Claudia Sheinbaum y se lanzó un llamado a preservar los principios fundacionales del partido.
Entre los acuerdos discutidos durante la sesión estuvieron la homologación de políticas públicas con los gobiernos locales morenistas y el fortalecimiento de la formación política e ideológica de sus cuadros. La sesión se convirtió en un ejercicio de cohesión interna, justo cuando enfrentan episodios de tensión en el nuevo sexenio.
Uno de los principales ausentes fue el coordinador del partido en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, quien viajó a Madrid, España, a celebrar el cumpleaños de su compadre Pedro Haces, también diputado federal por Morena.
Y el otro gran elefante en la mesa fue la ausencia del secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, quien lleva varias semanas fuera del radar. En el Congreso se le excusó al decir que “se encuentra de viaje”, pero sin duda el hecho de no haber asistido a la reunión revela mucho de lo que se vive hoy en el partido.
Según sus cercanos, “Andy” se habría refugiado en su natal Tabasco, en Teapa, donde está el negocio de la chocolatería Rocío, luego de los descalabros electorales que sufrió Morena en Durango y Veracruz. La ausencia estratégica se dio para entrar en un periodo de reflexión y buscar rehacerse para retomar su protagonismo en septiembre.
Lo cierto es que hoy Morena está en crisis, y también el heredero de su fundador, quien, ya se sabe, busca ejercer el legado de su padre con todo lo que ello implique.
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