El Tiempo de Monclova 🔍

SEGURIDAD Entrevista Monclova Piedras Negras Carbonífera Saltillo Torreón Seguridad

La Entrevista con Eli Israel González Pérez

Entrevista
Mario Alemán
comparte facebook comparte X comparte WhatsApp comparte Telegram

"Ante todo, Dios por delante antes de una emergencia"

En el mundo de la enfermería y la atención prehospitalaria, no todos están preparados para enfrentarse a la vida y la muerte con calma y determinación. Eli Israel González Pérez, joven de 19 años, nos comparte su historia, su vocación y su pasión por ayudar a los demás. Estudiante del 5° semestre de Enfermería en el Instituto Universitario Metropolitano y miembro activo de ARUMPH, Eli combina la ciencia, la empatía y la preparación constante para salvar vidas en situaciones extremas.

En esta entrevista nos relata cómo sus experiencias personales, su formación académica y su convicción de servicio lo han llevado a convertirse en un referente para quienes sueñan con dedicarse a la enfermería y al rescate. Sus palabras no solo reflejan el conocimiento técnico, sino también el corazón humano que late detrás de cada intervención.

¿Qué fue lo que lo inspiró a convertirse en enfermero y socorrista? ¿Hubo algún momento o experiencia que marcó su decisión?

“Del lado de enfermería, mi inspiración surgió acompañando a mi madre, Sandra Luz Dávila, a su trabajo en la Clínica 51, donde me fascinaba observar el trato directo con los pacientes. Ver cómo podía brindar apoyo físico, psicológico y emocional a quienes lo necesitaban me hizo darme cuenta de que quería dedicarme a ayudar a los demás. Además, desde pequeño, como miembro de la Iglesia SUD, aprendí la importancia de servir a los demás, lo que reforzó mi vocación de ayuda y servicio. En cuanto a mi formación como socorrista, hubo un momento decisivo en mi infancia que me marcó profundamente: ver a mi abuelo en agonía y sentirme completamente vulnerable, sin preparación para poder ayudarlo. Esa experiencia despertó en mí un fuerte deseo de aprender, capacitarme y estar listo para enfrentar situaciones críticas, con la certeza de que podría hacer la diferencia en la vida de alguien más”.

¿Cómo combina la atención médica hospitalaria con la labor de rescate en emergencias? ¿Qué diferencias y retos encuentra entre ambas áreas?

“Considero que ambas áreas se complementan, pero cada una presenta retos particulares. En el campo pre-hospitalario, la rapidez y la toma de decisiones son fundamentales, ya que cada segundo puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Allí, el conocimiento técnico debe combinarse con la habilidad de improvisar con lo que se tiene a mano. En el ámbito hospitalario, aunque también cuidamos vidas, el enfoque es más profundo: se trata de manejar el desarrollo completo del trauma o la patología de la persona, con herramientas más precisas y seguimiento constante. En resumen, ambos mundos se nutren mutuamente: la experiencia en emergencias me enseña rapidez y eficiencia, mientras que la formación hospitalaria me proporciona un entendimiento integral del paciente”.

¿Cuál ha sido la emergencia más difícil o impactante que ha tenido que atender y cómo logró mantener la calma?

“Una de las experiencias más impactantes fue mi primer, volcadura de un vehículo particular en Progreso, Coahuila. Cinco personas regresaban de un día de diversión en la presa Don Martín, y el auto se salió del camino, dejando a tres de gravedad y a los otros dos inmovilizados. Salimos del cruce en Bulevar Pape y Juárez alrededor de las 11:20 horas de la mañana y lo que nos encontramos fue devastador: personas con fracturas, laceraciones y abundante sangrado, los gritos de desesperación y el caos alrededor del vehículo. Mantener la calma fue posible gracias a mi preparación académica y a un pensamiento constante: “Tenemos que ayudarlos, necesitamos extraerlos rápido del auto; depende de nosotros”. Lo más difícil fue detener el sangrado y tomar decisiones rápidas con los recursos disponibles, siendo consciente de que cada segundo, cuenta. Esa experiencia me enseñó que, en situaciones críticas, la mente y el cuerpo se enfocan únicamente en el qué hacer y cómo responder para salvar vidas”.

¿Qué tan importante considera la capacitación continua y el trabajo en equipo dentro de los cuerpos de emergencia?

“La capacitación continua es esencial. Nunca debemos pensar que lo sabemos todo; siempre hay nuevas técnicas, conocimientos y protocolos que aprender. Tener el deseo de ayudar no basta: hay que saber cómo ayudar correctamente. El trabajo en equipo es igualmente indispensable. En emergencias, la coordinación entre compañeros puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Personalmente, siento que existe una conexión especial con mis compañeros, que nos permite actuar como una unidad sincronizada en cada intervención, prácticamente como si nos convirtiéramos en uno solo con la ambulancia y la misión que tenemos frente a nosotros”.

¿Qué siente cuando sabe que gracias a su intervención una persona logra sobrevivir o mejorar tras una situación crítica?

“Es un sentimiento incomparable, un profundo sentido de satisfacción y gratitud. Saber que alguien podrá seguir compartiendo con sus seres queridos es algo que no tiene precio. Para mí, la familia siempre será lo más importante, y poder contribuir a que alguien permanezca con la suya es una recompensa invaluable”.

En un trabajo con tanta adrenalina y estrés, ¿Cómo mantiene el equilibrio emocional y cuida su salud mental?

“Primero que nada, Dios. Antes de salir a una emergencia, antes de iniciar cualquier procedimiento y antes de cada decisión, pido su compañía, guía y fortaleza física y mental. Esa fe me permite mantener la calma, enfocarme en la misión y cuidar tanto de los demás como de mí mismo”.

¿Qué cree que falta por mejorar en el sistema de atención prehospitalaria o en la cultura de primeros auxilios en nuestra región?

“En la comunidad, es crucial mejorar la educación vial. Dar paso a una unidad de emergencia puede maximizar el pronóstico de la persona atendida. En los cuerpos de atención prehospitalaria, la clave es capacitación continua y actualización constante. No se trata solo de llegar primero al lugar, sino de tener conocimiento suficiente para actuar de manera efectiva y segura, asegurando el mayor número de vidas salvadas”.

¿Qué mensaje le gustaría dejar a los jóvenes que sueñan con ser socorristas o enfermeros?

“Mi consejo es que no tengan miedo de emprender esta hermosa profesión y se animen a ayudar al prójimo. Siempre habrá momentos y oportunidades para hacer la diferencia. Una herramienta que he usado desde niño y que recomiendo es la pregunta mágica: “¿Cómo puedo ayudar?” Esta mentalidad les permitirá crecer, aprender y transformar la vida de otros mientras desarrollan su vocación”.

Entrevista
Entrevista

comentar nota

Entrevista : La Entrevista a Luis Gerardo Sosa Flores

Desde niño, Luis Gerardo Sosa Flores, ingeniero industrial de 30 años originario de Piedras Negras, descubrió en el deporte una forma de vida. Hoy, como fundador de Grind CrossFit, transforma su pasión en inspiración. Su historia demuestra que con disciplina, fe y constancia, -- leer más

Noticias del tema


    Más leído en la semana