Hospital Amparo Pape honra con altar a sus compañeros fallecidos

El hospital rindió homenaje con misa y altar de muertos a su personal que partió.

El Hospital Amparo Pape de Benavides se llenó de luz, flores y recuerdos en una emotiva conmemoración por el Día de Muertos. En un ambiente de respeto y profunda sensibilidad, trabajadores, médicos y familiares se reunieron para rendir homenaje a quienes dedicaron su vida al servicio de la salud y hoy ya no están. El director del hospital, Ángel García, describió el acto como “un homenaje noble, humilde y profundamente humano”, realizado por el personal activo en honor a todos los compañeros fallecidos que, en su momento, formaron parte esencial de la institución.

El altar de muertos, decorado con fotografías, velas y ofrendas, fue levantado en memoria de médicos, enfermeras, químicos, trabajadores sociales, administrativos y personal de intendencia que dejaron huella en el hospital. Cada imagen representaba una historia de entrega, de vocación y de amor por su labor. “Hoy forman parte de una lista de personas que ya no están con nosotros, pero que en su momento lucharon contra la muerte para salvar vidas”, expresó conmovido el director. “Cada uno dejó un legado de esfuerzo y humanidad que nos inspira a seguir adelante.”

Misa y bendiciones para recordar con el corazón.

La ceremonia incluyó una misa oficiada en el mismo hospital, donde se elevaron oraciones por el descanso de las almas de los compañeros difuntos. Familiares y colegas escucharon con lágrimas y sonrisas las palabras de gratitud, mientras recordaban anécdotas y momentos compartidos. Para el personal, este acto significó más que una tradición: fue una forma de sanar, de agradecer y de fortalecer los lazos que los unen como una gran familia. “Eventos como este nos hacen más humanos y nos recuerdan que aquí pasamos gran parte de nuestras vidas, compartiendo alegrías, retos y también despedidas”, dijo García.

Una familia unida más allá del tiempo.

La conmemoración cerró con un mensaje de unión y esperanza. Entre flores de cempasúchil y veladoras encendidas, el eco del recuerdo llenó los pasillos del hospital, donde cada rincón guarda la huella de quienes sirvieron con el corazón.

“Este altar no solo honra su memoria, sino también su legado. Nos recuerda que el amor y la vocación trascienden la muerte”, concluyó el director del hospital.

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