Funeraria de la CTM podría cambiar de dueño
La casa de velación fue creada con el fin de apoyar a los trabajadores que requirieran el servicio

En medio de versiones que apuntan al posible cierre o traspaso de la funeraria “Nueva Luz”, crece la incertidumbre entre los obreros afiliados a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en la región, quienes ven en riesgo uno de los apoyos más sensibles y significativos: el servicio funerario.
Esta casa mortuoria fue inaugurada en el año 2018 como una iniciativa impulsada por el entonces dirigente local de la CTM, Leocadio Hernández, con el objetivo de ofrecer servicios funerarios dignos y accesibles a los miembros del sindicato. A través de un esquema de deducción directa en nómina, los agremiados y sus familias contaban con cobertura en caso del fallecimiento de un familiar directo, representando un alivio en momentos de gran vulnerabilidad emocional y económica.
Aunque las capillas de la funeraria también están abiertas al público en general, su base operativa y principal clientela ha sido históricamente la clase trabajadora afiliada, por lo que cualquier cambio en su administración o, en el peor de los casos, su cierre definitivo, representa una preocupación legítima para cientos de obreros.
De acuerdo con información extraoficial, existen negociaciones para que la funeraria pase a manos de nuevos propietarios, lo que ha generado dudas entre los empleados sindicalizados sobre el destino de sus aportaciones y la continuidad del servicio al que por años han contribuido.
“¿Qué pasará con ese dinero que se nos descuenta periódicamente?”, es una de las interrogantes que se han comenzado a plantear en las distintas secciones sindicales. Aunque hasta el momento no hay un posicionamiento oficial de la dirigencia actual de la CTM, se espera que en los próximos días se clarifique la situación para evitar mayor incertidumbre.
El posible cambio de administración también ha puesto sobre la mesa la falta de transparencia en los mecanismos mediante los cuales se gestionan las cuotas sindicales y los beneficios asociados. Algunos trabajadores han comenzado a exigir una rendición de cuentas para saber cómo han sido manejados estos recursos y si existe algún fondo de reserva para garantizar el cumplimiento del servicio pactado.
Cabe recordar que “Nueva Luz” se promovió en su momento como una funeraria modelo, con instalaciones dignas y un trato humano, buscando precisamente evitar que las familias obreras tuvieran que endeudarse o recurrir a servicios deficientes ante una pérdida inesperada.
Por ahora, el edificio sigue operando con normalidad, aunque versiones extraoficiales sugieren que el movimiento de personal y la disminución de servicios podrían ser señales de un proceso de transición o liquidación inminente.
De confirmarse el traspaso o cierre, la CTM estaría obligada a reestructurar este beneficio, ya sea con otro proveedor o mediante un nuevo esquema que garantice a sus agremiados el acceso a los servicios funerarios que han venido pagando durante años.
Lo cierto es que la noticia ha prendido las alarmas entre los trabajadores, quienes no solo temen perder el servicio, sino también el precedente de que otros beneficios sindicales puedan correr la misma suerte si no se blindan legal y contractualmente.
La dirigencia actual enfrenta el reto de comunicar con claridad y responsabilidad la situación real de la funeraria, y definir en el corto plazo una solución que evite la pérdida de confianza en la organización sindical, especialmente en momentos donde la representatividad sindical se encuentra bajo constante escrutinio.
Por su parte, los trabajadores han comenzado a organizarse para solicitar explicaciones formales y, en caso necesario, exigir auditorías y garantías por escrito sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
La funeraria “Nueva Luz” ha representado, más allá del servicio en sí, un símbolo de la capacidad del sindicato para ofrecer beneficios reales y tangibles a sus afiliados. Su posible desaparición o privatización sin un plan de transición claro pondría en entredicho uno de los pilares del sindicalismo local: la solidaridad en los momentos más difíciles.
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