FBI despide a agentes que se arrodillaron en protestas
FBI despide a más de 12 agentes que se arrodillaron en protestas por George Floyd, decisión polémica considerada ilegal por algunos expertos.
El FBI despidió a más de una docena de agentes que se arrodillaron durante protestas por la muerte de George Floyd, medida cuestionada por ilegal.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos cesó a más de una docena de agentes que fueron fotografiados arrodillándose en manifestaciones por la justicia racial en Washington en 2020, tras la muerte de George Floyd, confirmaron fuentes a The Associated Press.
Las imágenes mostraban a agentes federales arrodillados durante una protesta ocurrida tras el asesinato de George Floyd en Minneapolis, hecho que desencadenó protestas masivas a nivel nacional.
El número exacto de despedidos no ha sido confirmado, aunque fuentes estiman que ronda los 20 agentes. Inicialmente, habían sido reasignados a otras funciones, pero posteriormente fueron separados de la agencia.
Asociación de agentes condena la medida
La Asociación de Agentes del FBI calificó los despidos de ilegales, señalando que entre los afectados había veteranos militares con protecciones legales. En un comunicado, exigió una investigación del Congreso y acusó al director del FBI, Kash Patel, de “despreciar los derechos legales de los empleados”.
“En lugar de proporcionar a estos agentes un trato justo y el debido proceso, Patel optó por violar nuevamente la ley”, denunció la organización.
El FBI declinó hacer comentarios oficiales sobre el caso.
Despidos en medio de una purga más amplia
Los ceses forman parte de una purga interna bajo la gestión de Kash Patel, que ya incluyó la salida de cinco altos mandos el mes pasado. Entre ellos se encontraba Steve Jensen, vinculado a investigaciones sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, y Brian Driscoll, exdirector interino de la agencia.
Una demanda presentada por Jensen, Driscoll y el supervisor Spencer Evans acusó a Patel de admitir en privado que los despidos podían ser ilegales, pero que no podía impedirlos debido a presiones de la Casa Blanca y el Departamento de Justicia.
Patel, sin embargo, negó en el Congreso haber recibido órdenes externas y sostuvo que los despidos obedecieron al incumplimiento de los “estándares del FBI”.
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