Especies del norte recuperan su hábitat gracias a las lluvias

Tras varios meses de sequía severa, las lluvias registradas en la región norte del estado han generado condiciones favorables para la recuperación del entorno natural, beneficiando no solo al sector agrícola, sino también a la fauna silvestre, que ahora cuenta con mayor disponibilidad de alimento y áreas verdes para su desarrollo.

Las recientes precipitaciones han transformado el paisaje seco de la región, favoreciendo el crecimiento de vegetación nativa en áreas rurales y silvestres. De acuerdo con Juan Garza, delegado de la Secretaría del Medio Ambiente del Estado (SEMA) en la región norte, este cambio impacta directamente en la alimentación y movilidad de diversas especies, especialmente las que habitan zonas de monte y rancherías.

Durante la sequía, muchos ranchos tuvieron que recurrir al uso de suplementos alimenticios para especies como venados, jabalíes, aves y ganado menor. Sin embargo, con la mejora en la disponibilidad de forraje natural, se espera una disminución en la dependencia de estos insumos y un aumento en la salud y movilidad de la fauna.

Temporada de veda y recuperación ecológica

El delegado de SEMA explicó que actualmente se atraviesa por la veda cinegética, lo que brinda un espacio de resguardo para las especies de caza, como el venado cola blanca, cuya temporada inicia en noviembre. Las lluvias en primavera representan un elemento clave para que los animales lleguen en óptimas condiciones a los ciclos de reproducción y observación.

Además, la disponibilidad de agua y vegetación también promueve el regreso de especies menores que habían reducido su presencia, como reptiles, aves insectívoras, pequeños mamíferos y fauna polinizadora. Esto a su vez impulsa el equilibrio ecológico en ecosistemas locales.

Beneficio también para el campo y la agricultura

Aunque el enfoque principal ha sido el impacto en la fauna, las lluvias también han sido una bendición para los productores agrícolas, que actualmente se encuentran en pleno ciclo de siembra. El agua caída contribuye directamente a la germinación de cultivos como sorgo, maíz y forrajes, además de recargar mantos acuíferos y represas utilizadas para riego.

Estas condiciones naturales favorecen una temporada agrícola más estable, lo que también se traduce en beneficio para el ecosistema, ya que el aumento de vegetación cultivada también aporta refugio a ciertas especies silvestres.

Recuperación ambiental tras la sequía

El norte de Coahuila ha experimentado eventos climáticos extremos en los últimos años, con prolongados periodos de sequía que han afectado seriamente a los ecosistemas locales. Según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la región estuvo durante más de seis meses en condición de sequía severa, lo que generó estrés hídrico tanto para animales como para cultivos.

Las recientes lluvias marcan un punto de inflexión positivo, aunque las autoridades ambientales insisten en que es fundamental dar seguimiento y continuar con acciones de conservación, como evitar la caza furtiva, proteger zonas verdes y prevenir incendios forestales.

¿Por qué es importante proteger la fauna local?

La fauna silvestre no solo forma parte del patrimonio natural de la región, sino que también cumple funciones ecológicas clave como el control de plagas, la dispersión de semillas y el equilibrio de cadenas alimenticias. Además, especies como el venado, el puma y diversas aves migratorias tienen importancia en el ecoturismo y la cacería regulada, actividades que generan ingresos a comunidades rurales cuando se realizan bajo regulación.

Conservar el entorno natural y garantizar que las lluvias sigan teniendo un impacto positivo requiere un esfuerzo conjunto entre autoridades, productores y la ciudadanía.

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