Entrevista con Estefanie Alejandra Solís Sarazua

'Si ya lo soñaste, puedes lograrlo: el camino de una mujer decidida'
Soy originaria de Nueva Rosita y estudié la secundaria en la escuela Fortunato Gutiérrez Cruz, donde cursé los tres años. Posteriormente, realicé mis estudios de bachillerato en la preparatoria Francisco I. Madero, mejor conocida como la prepa federal. Fue durante esta etapa donde comencé a tener más claro hacia dónde quería dirigir mi vida profesional.
¿Qué carrera elegiste en la universidad?
Después de la prepa, ingresé a la Universidad Autónoma de Coahuila, en la Escuela Superior de Contaduría y Administración (ESCA), donde estudié la licenciatura en Contaduría. Los dos primeros años fueron de tronco común, y aunque inicialmente me incliné por Administración de Empresas, al conocer mejor los contenidos y el perfil profesional, me di cuenta de que Contaduría ofrecía mayores herramientas. Sentí que al estudiar para contador también aprendía aspectos administrativos, así que tomé la decisión con seguridad.
¿Llegaste a ejercer tu carrera como contadora?
No como tal. Aunque no me dedico directamente a la contaduría, sí me ha servido bastante. Todos los conocimientos que adquirí en la carrera me han ayudado a manejar mi propio negocio: desde la administración, hasta el control de costos e inversiones. Puedo decir que, sin ser contadora de despacho, la contabilidad ha sido una base fundamental para llegar a donde estoy ahora.
¿Desde cuándo comenzaste a trabajar?
Empecé a trabajar desde que estaba en segundo de prepa, a los 16 años. Desde muy joven supe que no quería seguir un camino tradicional. Mi mamá quería que estudiara para maestra, incluso me hizo presentar varias veces el examen para ingresar a la Normal, pero yo no quería esa vida. Contestaba los exámenes sin ganas, solo para cumplir, porque sabía que no era lo mío. Siempre sentí un llamado muy fuerte hacia el mundo de la belleza, y aunque no fue fácil al principio, no solté ese sueño.
¿Cómo descubriste tu vocación por la belleza?
Desde siempre me llamó la atención todo lo relacionado con la estética. Mi sueño era irme a estudiar a Monterrey, pero por diferentes circunstancias no se pudo. Aun así, durante las vacaciones buscaba la manera de aprovechar el tiempo. Exentaba materias para salir antes de la prepa y tener tiempo para tomar cursos. Gracias a que mi hermana vivía en Monterrey, me organizaba para estar con ella y tomar talleres en academias cercanas. Mis papás me apoyaban, aunque pensaban que era solo un hobby. Pero yo sabía que era algo más.
¿Hubo alguna frase o pensamiento que te motivara a seguir adelante cuando las cosas se complicaban?
Sí, una que siempre me repetía y que aún hoy llevo presente es: "Si ya lo soñaste, es porque eres capaz de lograrlo." Esa frase me dio mucha fuerza, especialmente en los momentos difíciles en los que sentía que las puertas se cerraban. Me recordaba que todo comienza con creer en uno mismo.
¿Cómo fueron tus inicios en la belleza profesionalmente?
Inicié desde abajo, literalmente en la sala de mi casa, con una mesa blanca plegable. Ahí empecé aplicando uñas, viendo cursos, aprendiendo técnicas y certificándome. Con el tiempo fui ampliando mis conocimientos en pestañas, cejas y, más recientemente, en micropigmentación, que es a lo que más me dedico actualmente. Siempre he procurado certificarme en todo lo que hago. Nada ha sido improvisado.
¿Cuándo abriste tu primer negocio?
Hace alrededor de siete años abrí mi local en la colonia Chapultepec. La demanda fue creciendo y ya no era posible seguir trabajando desde casa. Siempre combiné el estudio con el trabajo. En la universidad, por ejemplo, si exentaba materias, salía en mayo y tenía tres meses para tomar cursos, trabajar o seguirme preparando. Eso me permitió avanzar rápido.
¿Cómo definirías tu trayectoria?
Mi historia es de constancia, pasión y decisión. Aunque no seguí el camino que otros esperaban de mí, seguí el mío con convicción. Siempre fui muy terca, pero también disciplinada. Me preparé mucho, aproveché cada oportunidad y me mantuve fiel a lo que me gustaba. La belleza no fue un pasatiempo, fue mi vocación, y gracias a eso, hoy tengo un negocio sólido y clientes que confían en mí. Mi historia demuestra que cuando haces lo que amas, todo esfuerzo vale la pena.
¿Tienes algún pasatiempo favorito fuera del trabajo?
Sí, me encanta leer libros de desarrollo personal y ver documentales que me inspiren. También disfruto mucho salir a caminar y escuchar podcasts sobre emprendimiento. Son momentos que me ayudan a recargar energía, reflexionar y seguir creciendo tanto a nivel personal como profesional.
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