Entrevista con Brenda Suárez

"La constancia convierte lo imposible en rutina y los sueños en realidad"

En Piedras Negras, el espíritu emprendedor se abre paso en distintos rincones de la ciudad. Brenda Guadalupe Suárez Rivera, de 30 años, es un ejemplo de cómo un proyecto universitario puede transformarse en un negocio sólido. Lo que comenzó en 2018 como la venta de pequeños accesorios se convirtió en Maddox, una tienda de ropa y accesorios que ha logrado posicionarse gracias al esfuerzo, la constancia y el poder de las redes sociales.

¿Dónde estudiaste y cómo nació tu negocio?

“Estudié en la Universidad Tecnológica del Norte de Coahuila, la carrera de Desarrollo de Negocios. El negocio nació como un proyecto escolar de joyería. Me gustó la idea y cuando terminé decidí seguir vendiendo accesorios pequeños. Con el tiempo fui agregando bolsas y al final ropa. Así empezó Maddox.”

¿A qué te dedicas actualmente?

“De aquí es mi trabajo, realmente no tengo otro empleo. Hace dos años decidí dedicarme al 100% a la tienda porque ya no era solo un hobby, sino un proyecto de vida.”

¿Qué experiencia laboral tuviste antes de Maddox?

“Trabajé un año en una oficina de Telcel, pero mi interés siempre fue tener algo propio. Esa experiencia me ayudó en lo administrativo, pero mi motivación estaba en emprender.”

¿Cuál ha sido el reto más difícil que enfrentaste?

“Lo más complicado fue establecer el local. Al principio había semanas en las que no vendía nada, y aun así tenía que pagar renta, servicios y mercancía. Fue difícil mantenerme, pero poco a poco las redes sociales me ayudaron a dar a conocer mi tienda y a atraer más clientes.”

¿Por qué el nombre de Maddox?

“El nombre viene de un personaje de un libro. En la universidad, mi grupo y yo siempre usábamos ese nombre para proyectos porque nos gustaba mucho. Yo dije: ‘Cuando tenga un negocio, quiero que se llame así’, y lo cumplí.”

¿Qué estrategias utilizas para acercarte a tus clientes?

“Me gusta investigar tendencias y escuchar lo que la gente está buscando. Todo lo manejo por Facebook, que es la red donde más me contacto con clientes. También les doy facilidades: pueden venir a medirse la ropa, apartarla o revisarla en catálogo. Ofrezco tallas extras, que no siempre se encuentran en otras tiendas, y eso me ha ganado clientela fiel.”

¿Por qué decidiste ampliar tu oferta de joyería a ropa y accesorios?

“Siempre me gustó la ropa. Empecé poco a poco porque era una inversión fuerte, pero vi que a la gente le gustaba lo que traía y eso me dio confianza para seguir ampliando.”

¿Qué planes tienes a futuro?

“Quiero abrir más sucursales con espacios amplios, varios probadores y estacionamiento para mayor comodidad de los clientes. Actualmente solo tengo un probador, y me gustaría que la experiencia de compra fuera más cómoda y completa, en un lugar más grande, quizá dentro de una plaza.”

¿Qué consejo darías a quienes quieren emprender?

“Para mí la clave es la constancia. Hay temporadas bajas, pero lo importante es mantener mercancía y reinvertir, no gastar todo de inmediato. También hay que ser constante en redes sociales, porque si la gente no ve tus publicaciones, deja de interesarse. Constancia y paciencia son esenciales.”

¿Cómo  te defines como persona?

“Soy una persona terca, pero en el buen sentido. Me gusta luchar hasta el final por lo que creo y no soltar mis objetivos, aunque el camino se ponga complicado. Esa forma de ser me ha permitido sacar adelante el negocio incluso en los momentos más difíciles. No niego que he enfrentado retos, pruebas duras y situaciones que en su momento parecían imposibles de superar, pero mi carácter, mi perseverancia y sobre todo mis valores me han mantenido firme. Creo que la terquedad, cuando se combina con disciplina y pasión, se convierte en determinación. Esa determinación es la que me impulsa todos los días a seguir adelante, a mejorar, a aprender de los errores y a no darme por vencida.”

El caso de Brenda Suárez muestra cómo los emprendimientos locales en Piedras Negras no solo requieren creatividad y visión, sino también disciplina, paciencia y capacidad de adaptación. Desde una joyería universitaria hasta una tienda consolidada de ropa y accesorios, Maddox es un ejemplo de que la constancia puede transformar un sueño estudiantil en una realidad empresarial.

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