El Real Madrid fue un juguete ante un PSG mayúsculo
El Real Madrid se encuentra en pleno proceso de construcción, mientras que el PSG representa un proyecto ya consolidado, ganador y, por ahora, muy por encima del nivel del equipo de Xabi Alonso. Si además su defensa comete errores groseros que terminan en goles, poco se puede discutir. El conjunto parisino, campeón de Europa, avanzó con contundencia a la final del Mundial de Clubes tras golear 4-0 al Madrid. No hubo discusión.
La tan esperada actuación de Kylian Mbappé pasó prácticamente desapercibida durante la semifinal entre PSG y Real Madrid, disputada en el Mundial de Clubes. El marcador fue contundente, y aunque el PSG no apretó a fondo, la diferencia pudo ser aún mayor de no ser por las atajadas de Courtois. El resultado dejó en evidencia las debilidades defensivas del conjunto merengue, que necesita mejorar considerablemente si quiere dejar atrás el fracaso del último ciclo de Carlo Ancelotti. Con Huijsen sancionado, el regreso de Asencio a la titularidad fue un desastre, y Rudiger también protagonizó una de sus peores actuaciones.
En los primeros cuatro minutos, Courtois ya había evitado dos goles, incluyendo un remate claro de Nuno Mendes que anticipaba lo que vendría. Luis Enrique, quien había confesado su motivación especial al enfrentar al Madrid, logró transmitir ese ímpetu a sus jugadores, mientras los dirigidos por Xabi Alonso apenas lograban mantener el ritmo en el campo.
El primer gol cayó luego de un grave error de Asencio, que entregó el balón a Dembélé, quien asistió a Fabián para el 1-0. Minutos después, Rudiger cometió otro fallo grosero que permitió a Dembélé marcar el segundo. En apenas nueve minutos, el PSG ya había rematado cuatro veces al arco; el Madrid, ninguna.
La primera mitad fue un verdadero repaso futbolístico por parte del PSG. Mbappé no fue protagonista, Gonzalo desapareció y Vinicius no tuvo presencia alguna. Tampoco se destacaron Bellingham ni Tchouaméni, más allá de una falta innecesaria, y Güler no pudo hacer mucho frente a un mediocampo dominado por Fabián, Vitinha y Joao Neves.
A pesar de todo, el Madrid tuvo algo de suerte en defensa: Kvaratskhelia no estuvo fino y Fran García no se sumó al desastre defensivo de sus compañeros. Sin embargo, antes de los 25 minutos, Fabián ya había firmado su doblete, sepultando cualquier intento de reacción.
UN REAL MADRID SIN RESPUESTAS
¿Pensar en una remontada? Imposible. El PSG nunca tuvo que esforzarse al máximo y, tras el descanso, bajó el ritmo sin dejar de controlar por completo el partido. El Real Madrid ni siquiera estuvo cerca de maquillar el resultado, y de hecho, fue más probable que el PSG marcara un cuarto gol, lo cual finalmente sucedió gracias a Gonçalo Ramos. El equipo parisino incluso se permitió cometer errores por exceso de confianza, cayendo en varios fueras de lugar.
Al final, el 4-0 reflejó fielmente la superioridad del PSG, que ya había logrado ese mismo marcador ante el Atlético y el Inter Miami en fases anteriores. Con ello, se instaló cómodamente en la final del torneo.
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