El Lech Poznan muestra el estado del vestuario visitante del Rayo: una imagen vale más que mil palabras
Los temores sobre un partido de alto riesgo se materializaron en la víspera del duelo entre Rayo Vallecano y Lech Poznan por la Conference League (programado para hoy a las 21:00).
Un video del club polaco burlándose de los vestuarios del Rayo y la entrada de sus ultras al Estadio de Vallecas encendieron la reacción inmediata de los Bukaneros, el grupo ultra del equipo madrileño.
La noche del miércoles, seguidores del Lech irrumpieron en el estadio, pintaron un grafiti y colocaron pegatinas, como si hubieran tomado el recinto. En respuesta, los Bukaneros salieron a buscarlos en los alrededores del estadio. Vecinos captaron bengalas y enfrentamientos físicos.
El choque entre ambos grupos reflejó un conflicto ideológico: los ultras polacos vinculados a la extrema derecha y los Bukaneros identificados con la extrema izquierda. Varias unidades de la Policía Nacional y del Samur 112 acudieron al lugar. Una persona terminó gravemente herida y uno de los Bukaneros fue detenido.
Videos difundidos en redes muestran a un grupo vestido de blanco —los ultras del Lech— huyendo mientras otra multitud vestida de negro —los Bukaneros— los persigue. La Policía tuvo que usar disparos disuasorios para frenar la pelea. Según sindicatos policiales, más que una simple reacción a la provocación, se trató de una “quedada” pactada entre ultras.
Para este jueves se espera la llegada de alrededor de 1.000 radicales del Lech Poznan. El partido ha sido clasificado como de alto riesgo y, debido a las limitaciones del Estadio de Vallecas para separar aficiones, se prevé un ambiente difícil de controlar.
El Ministerio del Interior había preparado un amplio operativo en Puente de Vallecas ante la llegada de los ultras polacos, considerados por la Comisión Antiviolencia como un grupo de alto peligro: abiertamente homófobos, anticomunistas, con historial de violencia y vínculos con el crimen organizado. Para las familias hooligans de Wielkopolska, España representa más que un destino futbolero: funciona como centro de operaciones para la importación de cocaína y marihuana a Polonia.
Según la fiscalía polaca, estos ultras utilizan los estadios como fachada para el tráfico de drogas. Una investigación reciente terminó con varios detenidos por introducir marihuana desde Alicante, una provincia que se ha convertido en “territorio ideal” para estas redes.
El asentamiento de los ultras del Lech en la zona levantina se originó de manera fortuita, tras la apertura de vuelos económicos entre Poznan y Alicante hace cerca de una década. Esa conexión facilitó los desplazamientos y permitió a los grupos criminales instalar plantaciones de marihuana en invernaderos, administrados por compatriotas. Desde allí enviaban la droga de regreso a Polonia, oculta entre cargamentos de pepinos y empaques de marihuana de alta calidad.
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