Devotos invierten en ofrendas y mandas: la fe que impulsa la economía local

La fe y la economía convergen en Piedras Negras, donde los artículos religiosos no solo cumplen una función espiritual, sino que también representan un motor económico local. Negocios especializados registran ventas constantes, aunque los picos más significativos se dan durante festividades religiosas y patronales, generando ingresos importantes para pequeños comerciantes.
La devoción que mueve la economía
Según María Torre, encargada de Arte y Espíritu, un negocio dedicado a la venta de artículos religiosos, las ventas diarias se mantienen estables, principalmente de pulceritas de santos, imágenes y llaveros, con precios que van de 75 a 90 pesos. Sin embargo, los productos de mayor valor, como figuras de santos, oscilan entre 1,000 y 5,000 pesos, dependiendo del tamaño y la complejidad de la pieza, pudiendo incluso superar esos montos en artículos especiales.

“Cada día tenemos clientes que buscan veladoras o estampas, pero los grandes movimientos ocurren en fechas señaladas, como San Judas, Semana Santa y las fiestas patronales locales”, explica Torre. En Piedras Negras, estas festividades generan aumentos de ventas de 50% hasta varios cientos por ciento, según la ubicación y afluencia de público. Los comerciantes temporales frente a templos grandes o en ferias logran ingresos significativos en un solo día, mientras que las tiendas fijas registran incrementos notables durante toda la semana de la celebración.
Fe y comercio: una relación que trasciende
El sector de artículos religiosos tiene presencia nacional y local, con miles de puntos de venta en México y un impacto económico visible en las comunidades. En Piedras Negras, por ejemplo, cada parroquia o colonia celebra su fiesta patronal anual; Sagrado Corazón en junio y Nuestra Señora del Carmen en julio son solo algunos ejemplos de fechas que activan el comercio local. Estas festividades se suman a las grandes celebraciones nacionales, como la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre, Día de Muertos y Semana Santa, creando entre 6 y 12 picos de ventas significativos cada año.
Los pequeños comercios se benefician de márgenes brutos de 30% a 60%, aunque los márgenes netos después de gastos suelen ser menores. Un puesto temporal frente a un templo puede generar un ingreso neto de cerca de 9,000 pesos en un día pico, mientras que una tienda fija puede alcanzar hasta 4,250 pesos de beneficio neto durante la semana de fiesta. Esto demuestra que la devoción católica no solo mantiene vivas las tradiciones, sino que también impulsa la economía local, ofreciendo empleo y oportunidades de negocio en la región.

María Torre enfatiza que el aprovisionamiento estratégico y la atención a las festividades marcan la diferencia entre un negocio que apenas cubre sus gastos y uno que obtiene ingresos significativos: “Conocer las fechas clave y anticiparse a la demanda nos permite sostener el negocio y fortalecer nuestra economía familiar, además de atender a los fieles que buscan artículos para su devoción.”
En este contexto, la venta de artículos religiosos se perfila como un nicho económico estable, con variaciones estacionales marcadas que reflejan la combinación de tradición y mercado en Coahuila. La devoción católica, más allá de lo espiritual, se traduce en oportunidades de crecimiento para pequeños comerciantes y dinamiza el comercio local en fechas clave.
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