Depresión y adicciones, principales detonantes en casos de suicidio en la región
De los casos reportados, la mayoría corresponden a hombres, mientras que únicamente una víctima pertenece al sexo femenino.

En el contexto del Día Internacional de la Prevención del Suicidio, la Fiscalía General del Estado presentó un informe que evidencia la complejidad de esta problemática social y de salud mental. Según las cifras oficiales, en lo que va del año se han documentado alrededor de 25 muertes por suicidio en la entidad, un número que, aunque parece reducido en comparación con otros indicadores delictivos, refleja la persistencia de un fenómeno con impacto profundo en las familias y comunidades.
De los casos reportados, la mayoría corresponden a hombres, mientras que únicamente una víctima pertenece al sexo femenino. Este dato se suma a la tendencia nacional, donde los suicidios masculinos son estadísticamente más frecuentes, en buena medida por factores asociados a la falta de atención psicológica o la dificultad para expresar y tratar emociones. El dato no es menor, pues evidencia cómo los patrones culturales sobre la masculinidad pueden convertirse en un obstáculo para pedir ayuda profesional.
La edad de las víctimas es otro elemento que genera preocupación. La Fiscalía informó que los casos van desde adolescentes de 16 años hasta adultos de 53, lo que evidencia que la problemática no distingue entre etapas de la vida. En los más jóvenes, los detonantes suelen estar relacionados con conflictos familiares, presión escolar o consumo de sustancias; mientras que en los adultos se asocian con problemas económicos, rupturas afectivas o depresión prolongada. Cada rango etario presenta un riesgo particular, y la falta de atención oportuna puede marcar la diferencia entre la prevención y una tragedia.
En el análisis presentado se subraya que tanto la depresión como las adicciones son los principales factores de riesgo identificados. Estas condiciones, en muchos casos no atendidas de manera adecuada, crean un círculo de aislamiento y desesperanza que puede desembocar en decisiones irreversibles. A esto se suman contextos de violencia familiar o carencias sociales, que agravan la vulnerabilidad emocional de las personas en situación de riesgo.
La Fiscalía destacó que, además de la investigación de cada caso, se trabaja de manera coordinada a través del Área de Atención a Víctimas, donde se ofrece apoyo psicológico y acompañamiento a familiares que enfrentan la pérdida. Dicho espacio busca brindar contención emocional, asesoría jurídica y orientación para acceder a servicios de salud mental, con el fin de mitigar el impacto inmediato que genera el suicidio en el núcleo familiar.
Aunque los datos revelan una problemática que se mantiene vigente, también se planteó la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención. Autoridades hicieron un llamado a la ciudadanía a no minimizar los signos de alerta y a fomentar el diálogo en el entorno familiar y escolar. Asimismo, señalaron que existen instituciones de salud y líneas de atención dispuestas a intervenir en momentos de crisis.
El informe de la Fiscalía no solo expone cifras, sino que busca abrir un debate social sobre la urgencia de atender el suicidio como una prioridad de salud pública. Cada caso, más allá de la estadística, representa una vida perdida y un entorno familiar marcado por el duelo, recordando que la prevención es un esfuerzo que involucra a toda la sociedad.
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