Cae 91% cifra de ahogamientos en Piedras Negras
Uno de los fallecidos ya fue identificado por sus familiares, mientras que el segundo cuerpo aún se encuentra en el SEMEFO.
Durante los primeros cinco meses del 2025, la Fiscalía General del Estado ha documentado únicamente dos muertes por ahogamiento en Piedras Negras, una cifra significativamente menor en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando se contabilizaron 24 casos. Esto representa una disminución del 91.6 por ciento, según datos oficiales.
De acuerdo con Ramón Rogelio Gómez, coordinador regional de los agentes del Ministerio Público, uno de los fallecidos ya fue identificado por sus familiares, mientras que el segundo cuerpo aún se encuentra en el Servicio Médico Forense a la espera de ser oficialmente reconocido. Aunque los detalles de ambos casos se mantienen en reserva por respeto a las familias, se confirmó que al menos una de las víctimas era una persona migrante que intentaba cruzar el río Bravo hacia Estados Unidos.
“Lamentablemente, es común que migrantes arriesguen su vida al intentar atravesar el río sin conocimiento de las corrientes ni de los riesgos reales que implica esa travesía”, explicó Gómez. Añadió que las autoridades continúan trabajando en coordinación con otras instancias de seguridad y protección civil para reducir los incidentes en el cauce.
Durante 2024, la región registró 24 ahogamientos, una cifra que ya reflejaba un incremento respecto al 2023, cuando también se reportaron múltiples casos, la mayoría relacionados con el fenómeno migratorio. Las estadísticas muestran que las muertes por inmersión tienden a incrementarse en los meses de mayor calor, cuando los intentos de cruce se intensifican.
Piedras Negras, por su cercanía geográfica con Eagle Pass, Texas, y por la presencia de pasos informales a lo largo del río Bravo, se ha convertido en uno de los puntos de mayor tránsito migratorio del norte de Coahuila. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 el municipio tenía una población estimada de 175,400 habitantes. En tanto, el Instituto Nacional Electoral (INE) reportó un padrón de más de 126,000 ciudadanos, reflejo de una población activa y en constante movilidad.
Diversas autoridades han atribuido esta significativa reducción en los ahogamientos a varios factores. Entre ellos, destacan el aumento en la vigilancia por parte de corporaciones como el Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración, Protección Civil Municipal, la Guardia Nacional y la Policía Estatal. También se ha fortalecido el uso de tecnologías como drones, cámaras térmicas y patrullajes coordinados para monitorear las zonas con mayor riesgo.
Miguel Ángel Ortiz, rescatista voluntario y conocedor del comportamiento del río, reconoció que las condiciones han mejorado, aunque considera que no se debe bajar la guardia. “Este año hemos tenido menos casos y eso es un alivio. Pero sabemos que esto puede cambiar en cualquier momento. El río Bravo no perdona y muchas personas siguen subestimando su fuerza”, comentó.
Ortiz también resaltó la importancia de mantener campañas de concientización entre la población migrante, muchas veces engañada por traficantes que les prometen cruces seguros. “Lo que no les dicen es que muchos terminan muertos, desaparecidos o con secuelas físicas si sobreviven”, agregó.
La Fiscalía hizo un llamado a la comunidad para evitar cualquier tipo de actividad dentro del cauce, no solo relacionada con el intento de cruce, sino también con prácticas recreativas, como nadar o pescar en zonas profundas y de corriente fuerte. Además, insistieron en que ante cualquier emergencia o avistamiento de personas en peligro se llame de inmediato al 911 o se notifique a los cuerpos de rescate.
“Cada año batallamos con los mismos riesgos. Las lluvias en la sierra cambian el nivel del río de forma impredecible. Incluso cuando parece tranquilo, puede convertirse en una trampa mortal en cuestión de minutos”, explicó un elemento de Protección Civil que participó recientemente en una búsqueda.
Con la llegada del verano, los cuerpos de emergencia ya se preparan para una posible alza en incidentes relacionados con el agua. Aunque las cifras actuales representan un avance significativo, las autoridades advierten que el riesgo permanece latente y que será clave mantener la coordinación, vigilancia y prevención para evitar más pérdidas humanas en lo que resta del año.
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