Bomberos y Fundación Milma rescatan a perrita abandonada en arroyo de la Azteca

Un rayo de esperanza en el arroyo: el noble rescate de una perrita enferma y abandonada.
Una historia que conmueve al corazón se vivió esta mañana en Monclova, cuando una pequeña perrita, amarrada y abandonada a la orilla del arroyo de la colonia Azteca, fue rescatada gracias al esfuerzo conjunto de la Presidenta de la Fundación Milma A.C., Ana Márquez, y valientes elementos del Cuerpo de Bomberos.
El llamado que movió corazones
Todo comenzó con un reporte en redes sociales, donde vecinos alertaron sobre un animalito en peligro. Sin pensarlo dos veces, Ana Márquez se movilizó al sitio, guiada por su compromiso inquebrantable con la vida y el bienestar animal. Al ver la situación, solicitó apoyo a Protección Civil, que de inmediato envió a dos bomberos para realizar el rescate.
Una vida atada, pero no vencida
La escena era desgarradora: la perrita se encontraba atada con ramas, sin posibilidad de moverse y con claros signos de abandono y enfermedad. Según los primeros reportes, los dueños habrían decidido dejarla allí al descubrir que padecía un tipo de cáncer, una situación que lejos de justificar su acto, refleja la falta de empatía con los seres que dependen de nosotros.
Un gesto que inspira esperanza
Tras ser rescatada, Ana Márquez contactó al veterinario Miguel Sierra, colaborador de confianza de la fundación, para brindarle atención médica inmediata. Aunque la perrita ya está a salvo, su recuperación apenas comienza, y requerirá tratamientos costosos, cuidados constantes y, sobre todo, el apoyo de la comunidad.
Una invitación a sumar corazones
Desde la Fundación Milma A.C., se hace un llamado a las personas de buen corazón para unirse a esta causa y aportar lo que puedan: medicamentos, alimento, recursos económicos o simplemente difusión. Cada ayuda cuenta para darle una nueva oportunidad a esta guerrera de cuatro patas que, pese al abandono, sigue luchando por vivir.
“Esta historia nos recuerda que los animales sienten, sufren y también agradecen. No podemos quedarnos indiferentes ante su dolor”, expresó conmovida Ana Márquez, quien reafirmó su compromiso de seguir trabajando por los más vulnerables.
Hoy, esta perrita tiene nombre, atención y una esperanza renovada. Gracias a la solidaridad de unos pocos, se encendió una luz donde antes sólo había oscuridad.



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