Así te hemos contado la victoria del Barça ante el Guadalajara

Los aficionados del Pedro Escartín aplaudían con entusiasmo, sonrientes y coreando al unísono “sí se puede, sí se puede”. 

El Guadalajara consiguió llegar al descanso con un empate sin goles ante el Barcelona, dejando además una sensación de solidez, ya que apenas había pasado apuros. El encuentro fue un dominio constante del conjunto de Primera División en la posesión, pero sin traducirlo en ocasiones claras, a pesar del talento sobre el césped. Flick realizó rotaciones moderadas y alineó de inicio a jugadores como Lamine Yamal, Eric García, Fermín, De Jong o Rashford, además de la sorpresa de Ter Stegen bajo los palos.

El equipo local se animó en contadas ocasiones, con alguna contra iniciada por Manu Rodríguez que estuvo cerca de culminar Cañizo, aunque la mayor parte del tiempo se dedicó a resistir. El Barça puso intensidad, pese a la diferencia de dos categorías, pero no logró encontrar espacios. Las ayudas defensivas fueron constantes y, cada vez que Roony o Lamine Yamal —actuando como mediapunta— superaban un primer regate, aparecía otro rival, incluso atacantes como Borja Díaz, para frenarles. Tampoco funcionaron las conducciones ni los disparos lejanos de Fermín. El mayor peligro azulgrana llegó a balón lateral, con centros que remató sobre todo Eric García, un central que se sumó repetidamente al ataque. Ante la calidad individual, el Guadalajara respondió con superioridad numérica en defensa y una circulación lenta del balón facilitó el trabajo de los zagueros.

Flick mueve el tablero

Al descanso, Flick realizó un cambio: Marc Bernal, amonestado, dejó su lugar a Cubarsí. Aunque solo fue una sustitución, el técnico alteró varias posiciones. Casadó pasó del lateral derecho al centro; Lamine se abrió a la banda; Roony se ubicó en el medio; Rashford se desplazó a la izquierda y Fermín jugó más centrado. Los cuatro atacantes cambiaron de rol. Con esta reconfiguración llegaron pronto las primeras ocasiones claras del Barcelona, pero Dani Vicente respondió con dos grandes paradas a Rashford, especialmente en un mano a mano que resolvió con el pie. Lamine Yamal también encontró más espacios por el costado, aunque el empuje inicial fue perdiendo intensidad.

El paso de los minutos aumentó la tensión en el Barça, mientras que el desgaste físico del Guadalajara se veía compensado por un marcador que mantenía viva la ilusión. Flick siguió ajustando su equipo hasta terminar con un once muy similar al de un partido grande, incluso cercano al de un Clásico: solo faltarían Raphinha y Joan García, y Pedri, que entró en el último cuarto de hora. Con todo el potencial en el campo, llegó finalmente el gol buscado, en una acción poco limpia: un cabezazo de Christensen que terminó en la red tras un rebote.

El gigante acabó imponiéndose, pero al rival aún le quedaban fuerzas para cerrar una noche memorable. El Guadalajara armó un contragolpe peligroso y obligó a Ter Stegen a lucirse con una gran atajada ante un disparo lejano de Salifo. El Barcelona no ganó con comodidad en el Pedro Escartín, como reflejó el enorme partido de Christensen, decisivo también en defensa. En el intercambio final, los azulgranas encontraron el segundo tanto, obra de Rashford tras asistencia de Lamine Yamal. El Barça avanzó a octavos de Copa, pero los cánticos de “sí se puede” resonaron prácticamente hasta el pitido final.

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