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Asesoran a planteles beneficiados con el programa 'La Escuela es Nuestra'

Participan CANACO y CANACINTRA para difundir el tipo de compra que se debe de realizar de acuerdo a lo requerido

Asesoran a planteles beneficiados con el programa 'La Escuela es Nuestra': Participan CANACO y CANACINTRA para difundir el tipo de compra que se debe de realizar de acuerdo a lo requerido
José Gaytán
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Con el objetivo de garantizar una aplicación adecuada y transparente de los recursos del programa federal “La Escuela es Nuestra”, autoridades de la Secretaría del Bienestar llevaron a cabo una jornada de asesoría dirigida a los directivos de los planteles educativos recientemente beneficiados en la región norte del estado.

La reunión fue encabezada por la delegada regional del Bienestar, Rocío Domínguez, quien explicó que el propósito principal de este ejercicio fue ofrecer orientación técnica y administrativa a los responsables de cada escuela, con el fin de que realicen sus compras de manera eficiente, cumpliendo con los lineamientos del programa, y priorizando las necesidades reales de la comunidad educativa.

En total, 53 planteles educativos de distintos niveles han sido seleccionados en esta nueva fase del programa, con una inversión conjunta que asciende a 24 millones de pesos, recursos que serán destinados a mejoras de infraestructura, equipamiento, rehabilitación de servicios sanitarios, áreas deportivas y espacios comunes.

Un esfuerzo coordinado para evitar malas prácticas

Durante la reunión, que se llevó a cabo en las instalaciones de la Secretaría del Bienestar en Piedras Negras, también participaron representantes de organismos empresariales como CANACO y CANACINTRA, quienes brindaron información clave sobre los proveedores autorizados, procesos de adquisición responsables y criterios técnicos que se deben considerar al momento de ejercer el presupuesto asignado a cada plantel.

La delegada Rocío Domínguez enfatizó que, aunque la iniciativa promueve la autonomía escolar, es indispensable que los comités responsables actúen con transparencia, honestidad y claridad en la toma de decisiones. “El programa fue diseñado para devolverle a la comunidad escolar el control sobre su espacio, pero esto no significa improvisar o actuar sin planeación. Queremos que las escuelas realmente se transformen, y eso implica acompañarlas desde el inicio hasta la rendición de cuentas”, señaló.

Uno de los puntos más importantes abordados durante la asesoría fue la necesidad de elegir proveedores que cumplan con los estándares y requisitos establecidos por la normativa vigente. De acuerdo con la funcionaria, se ha detectado que aproximadamente el 20% de los proveedores contratados previamente por otras escuelas no han cumplido con lo solicitado, lo que ha generado inconsistencias y retrasos en la ejecución de los proyectos.

La importancia de comprar con criterio educativo

En ese sentido, se insistió en que los directivos y comités de administración deben hacer un análisis detallado de las necesidades de sus planteles antes de gastar el recurso. No se trata solo de pintar paredes o cambiar mobiliario, sino de realizar acciones que verdaderamente mejoren la calidad educativa y la experiencia de los estudiantes.

“Queremos evitar que los recursos se malgasten en soluciones estéticas o en compras improvisadas. Por eso se está dando esta orientación, para que se invierta con visión, con enfoque pedagógico y pensando en las condiciones reales de cada comunidad escolar”, indicó Domínguez.

Los representantes de CANACO y CANACINTRA expusieron también algunos mecanismos para verificar la confiabilidad de los proveedores, así como formas de asegurar que los materiales y servicios contratados cumplan con estándares de calidad y durabilidad.

Una inversión significativa para la región norte

La llegada de 24 millones de pesos a la región norte como parte del programa “La Escuela es Nuestra” representa una inyección directa a la infraestructura educativa local, pero también a la economía regional, dado que se privilegia la contratación de proveedores locales que cumplan con los requisitos legales y técnicos.

Los recursos, explicó la delegada, ya están siendo distribuidos a los comités escolares de administración participativa (CEAP) conformados por padres de familia, docentes y directivos. “En este programa no se trata de entregar el dinero a una empresa contratista, sino de empoderar a la comunidad escolar para que decida, planee y supervise cada mejora que se haga”, señaló.

Además de las mejoras físicas, el programa también contempla la posibilidad de adquirir equipo didáctico, tecnológico o herramientas que fortalezcan el aprendizaje. “No todas las escuelas necesitan lo mismo. Algunas requieren aulas dignas, otras necesitan computadoras, ventiladores, baños, techumbres o material deportivo. Por eso, el enfoque es flexible y comunitario”, añadió.

Vigilancia, transparencia y participación ciudadana

La Secretaría del Bienestar subrayó que se está trabajando de forma paralela en la supervisión de la aplicación de los recursos. Habrá visitas de seguimiento, auditorías técnicas y controles comunitarios para asegurar que cada peso sea invertido correctamente.

“Este programa va más allá de la construcción. Se trata de formar ciudadanía, de enseñar a los niños y niñas que los recursos públicos pueden y deben usarse con responsabilidad, y que todos somos parte del proceso para construir una mejor escuela”, destacó Domínguez.

Por su parte, algunos directivos escolares manifestaron su disposición a trabajar de la mano con las autoridades y se mostraron satisfechos con la información recibida, la cual calificaron como valiosa para evitar errores administrativos y para sacar el máximo provecho al recurso recibido.

Un paso firme hacia escuelas dignas y funcionales

Con estas acciones, el Gobierno Federal busca consolidar una nueva cultura de gestión escolar, basada en la confianza, la rendición de cuentas y la participación social. “La Escuela es Nuestra” no solo es un programa de infraestructura; es una apuesta por devolverle a cada comunidad la capacidad de transformar su entorno educativo de manera autónoma, organizada y transparente.

En los próximos meses se dará seguimiento puntual al avance físico y financiero de cada plantel beneficiado, así como a las buenas prácticas que puedan replicarse en futuras etapas del programa.

La delegada concluyó su mensaje recordando que este esfuerzo no es solo del gobierno, sino de toda la comunidad escolar y social, y reiteró que las puertas del Bienestar están abiertas para acompañar a cada plantel en este proceso transformador.

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