Arsenal firma una noche histórica ante el Bayern en Champions League

El Emirates Stadium fue escenario de una noche que quedará grabada en la memoria de los aficionados.

El Arsenal venció 3–1 al Bayern Múnich en un duelo intenso, repleto de idas y vueltas, mucha tensión y un ritmo altísimo, pero que terminó decantándose con justicia para los dirigidos por Mikel Arteta.

A pesar de verse superados durante gran parte del primer tiempo por el dominio alemán, los Gunners encontraron energía en su juventud, precisión en las jugadas a balón parado y oportunismo ante los fallos del rival para firmar un triunfo inolvidable en la Jornada 5 de la Champions League.

Un arranque bávaro y un golpe londinense

El partido empezó con el Bayern acaparando la posesión —rozando el 75% en los primeros veinte minutos— y empujando al Arsenal hacia su área. Pero fueron los locales quienes dieron el primer zarpazo. Como tantas veces, la estrategia fue su mayor aliada.

Al minuto 22, Timber apareció libre en un tiro de esquina servido por Saka y, con un toque delicado, sorprendió a Neuer. El Emirates explotó: el Arsenal había resistido el asedio para luego golpear.

El Bayern respondió apoyándose en su joya juvenil. Lennart Karl, el mediapunta de 17 años que ha revolucionado al equipo de Kompany, culminó una jugada impecable: pase rasante de Gnabry, asistencia previa de Kimmich y definición perfecta. El 1–1 cayó como balde de agua helada para los Gunners.

Arteta reajusta… y acierta

Tras el descanso, el Arsenal salió con mucha más intención ofensiva. Rice, Mosquera y Saka estuvieron cerca de convertir, pero Neuer sostuvo al Bayern con atajadas de enorme calidad.

Hasta que Arteta movió el tablero. El ingreso de Calafiori resultó decisivo: en su primera intervención puso un centro preciso al segundo poste que Madueke mandó al fondo del arco para el 2–1 al minuto 70. Las gradas vibraron.

El Bayern trató de reaccionar y Gnabry estuvo a nada del empate, pero el ritmo del partido ya favorecía claramente al Arsenal.

El error que definió todo

Al 77’, Neuer —brillante durante casi todo el encuentro— cometió un error garrafal al salir tarde. Martinelli, recién entrado, aprovechó el regalo, lo dejó atrás con un toque y empujó el balón a portería vacía para el 3–1 que terminó por sentenciar el partido. El estadio estalló en euforia.

Arteta reforzó líneas con Odegaard y White, mientras Kompany intentó cambiar la dinámica, aunque ya era tarde.

Los minutos finales mostraron a un Arsenal maduro, sereno y dueño total del ritmo emocional del encuentro. El Bayern buscó descontar, pero sin claridad ni fuerza. Los Gunners, protegidos por el ambiente electrizante del Emirates, administraron el resultado con autoridad y confirmaron que son uno de los rivales más peligrosos del continente.

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