Alcalde se deslinda de decisiones en SIMAS
El Presidente Municipal señala que SIMAS es un órgano y respeta su soberanía

Tras una serie de cuestionamientos sobre la eliminación de la firma mancomunada en el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS), el alcalde Jacobo Rodríguez explicó que tomó la decisión como una medida preventiva, para evitar involucrarse en posibles responsabilidades legales futuras relacionadas con el manejo financiero del organismo.
Durante su participación en la conferencia matutina del ayuntamiento, Rodríguez fue claro al declarar que su decisión de retirar su firma no implicaba un señalamiento directo contra Lorenzo Menera Sierra, actual gerente general del SIMAS, sino una determinación basada en principios de transparencia y control institucional. “Yo preferí, mejor, retirar mi firma para no tener ningún problema legal en el futuro. No estoy diciendo que Lorenzo los vaya a tener, ni estoy diciendo que esté trabajando de manera desorganizada en este momento; simplemente, yo lo operaría de manera diferente, pero él tiene su forma de trabajar y se respeta”, sostuvo el alcalde.
Rodríguez insistió en que, al ser el SIMAS un organismo descentralizado, el gerente general tiene la facultad de tomar decisiones operativas y financieras sin requerir su intervención directa. Reconoció que, aunque en un inicio su intención era colaborar y acompañar la gestión, las diferencias en los modos de operación y la falta de claridad en los procesos financieros motivaron su decisión de desvincularse de esa responsabilidad. “Yo tenía la mejor intención de apoyarlo, con base en el conocimiento, mucho o poco que tenga. Pero se crearon fricciones que no le ayudan al municipio. Se generaron diferencias y opté por dar un paso atrás”, agregó.
Una medida por transparencia
El edil fue enfático al asegurar que su decisión no responde a conflictos personales, sino a la necesidad de preservar la claridad en el uso de los recursos públicos. Señaló que, como autoridad firmante, le corresponde revisar con detalle cada cheque que pasa por sus manos, y al no estar involucrado directamente en la operación del sistema, no se sentía cómodo firmando sin tener pleno conocimiento del destino de los recursos. “Para poder firmar un cheque, tengo que saber qué está pasando, en qué se está gastando el dinero, qué pasa con la nómina. Y como no puedo tomar ese tipo de decisiones o tener esa información de manera directa, decidí retirar la firma mancomunada”, afirmó.
Añadió que aprendió desde sus inicios en la política que “la cuenta pública es sagrada” y debe ser manejada con absoluta pulcritud, claridad y transparencia. Esa convicción, dijo, es lo que lo llevó a deslindarse de cualquier responsabilidad financiera en una entidad que no está bajo su control operativo directo.
Personal de confianza y autonomía operativa
Rodríguez también explicó que una parte significativa del personal que actualmente trabaja en SIMAS es gente de confianza de Lorenzo Menera, y reiteró que no es su intención intervenir en la estructura interna del organismo. “Realmente gran porcentaje del personal que tiene el SIMAS es gente de confianza del gerente general. Como yo no estoy operando el sistema, no puedo permitir que me lleguen 30, 40 cheques al escritorio sin saber realmente qué está pasando”, subrayó.
En su mensaje, el alcalde reconoció que la coexistencia de estilos y criterios distintos generó tensiones que, en lugar de sumar, terminaron por obstaculizar el funcionamiento armónico de la administración. Por ello, consideró que dar un paso al costado y respetar la autonomía de SIMAS era lo más prudente en este momento. “No quiero que haya sabotajes ni interferencias. SIMAS es un órgano descentralizado y debe funcionar como tal. Yo respeto su autonomía y las decisiones que se tomen desde su gerencia”, finalizó Rodríguez.
Contexto y consecuencias
Esta decisión marca un nuevo capítulo en la relación entre el gobierno municipal y el organismo operador del agua, uno de los entes clave para la prestación de servicios básicos en la ciudad. La falta de firma mancomunada por parte del alcalde puede representar una señal de distanciamiento institucional, aunque también deja claro que el Ayuntamiento busca establecer límites y responsabilidades bien definidos.
Por ahora, Lorenzo Menera continúa al frente del SIMAS con control total sobre las decisiones administrativas y operativas, mientras que el alcalde se mantiene al margen, pero vigilante de que la transparencia en el manejo de los recursos públicos prevalezca.
Aunque no se anticipan cambios inmediatos en la estructura del organismo, las fricciones reconocidas por el propio alcalde dejan entrever la necesidad de fortalecer la comunicación y los mecanismos de rendición de cuentas entre los órganos descentralizados y el gobierno municipal, para evitar que estas tensiones deriven en problemas mayores en el futuro.
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