Adiós al turismo de partos en Estados Unidos
Las autoridades consulares podrán negar la visa en caso de tener documentados estos hechos.
La política migratoria de Estados Unidos continúa endureciéndose bajo la administración del presidente Donald Trump, quien desde el inicio de su segundo mandato en enero de este año ha promovido una serie de acciones dirigidas a frenar la migración ilegal y el aprovechamiento indebido del sistema migratorio norteamericano.
El turismo de parto, en la mira
Una de las medidas más recientes y polémicas ha sido el combate al llamado “turismo de parto”, una práctica que, aunque no nueva, ha ido en aumento en los últimos años. Esta consiste en que mujeres embarazadas viajan a Estados Unidos con visas de turista con el objetivo de dar a luz en suelo estadounidense, lo que automáticamente otorga la ciudadanía norteamericana al bebé conforme a la enmienda 14 de la Constitución.
Rechazo y cancelación de visas
La embajada de Estados Unidos en México ha informado que, como parte de la nueva política migratoria, se estarán rechazando solicitudes de visa de turismo o revocando las ya existentes si se detecta que el objetivo principal del viaje es el nacimiento del hijo en territorio estadounidense. La decisión se basa en la premisa de que este acto constituye un abuso del sistema de inmigración y va en contra del propósito legítimo de la visa de turismo.
Alerta oficial de la embajada
A través de sus canales oficiales, la embajada norteamericana ha emitido una alerta visual en la que recalca que los oficiales consulares están tomando medidas estrictas contra quienes pretendan utilizar el visado de visitante para realizar turismo de parto. En el anuncio se lee: “Los oficiales consulares de EE.UU. están deteniendo a los visitantes extranjeros que abusan del sistema de inmigración de EE.UU. mediante el ‘turismo de parto’”.
Solicitudes rechazadas automáticamente
La política es clara: si el solicitante revela, o si se detecta evidencia suficiente, de que su motivo principal para viajar a Estados Unidos es dar a luz, la solicitud de visa será automáticamente rechazada. Además, quienes ya cuenten con una visa vigente podrían enfrentar su cancelación si se determina que fue obtenida bajo falsos propósitos.
Debate sobre el derecho a la ciudadanía
Este tipo de acciones responde a una visión más restrictiva del derecho a la ciudadanía por nacimiento, que durante años ha generado debate en la política estadounidense. Aunque por ahora la enmienda constitucional que concede ciudadanía a todo niño nacido en suelo estadounidense permanece intacta, el gobierno de Trump ha buscado limitar los mecanismos por los cuales se accede a ese derecho, alegando abuso sistemático.
Un negocio multimillonario
El turismo de parto no solo representa un fenómeno migratorio, sino también un mercado multimillonario en varias ciudades de Estados Unidos, como Miami, Los Ángeles o Houston, donde incluso existen agencias que organizan todo el proceso: desde la obtención de la visa, el alojamiento y la atención médica, hasta el registro del recién nacido. Para las familias que recurren a esta práctica, se trata de una inversión en el futuro de sus hijos, a quienes se les abren puertas a servicios y oportunidades que en muchos casos son inalcanzables en sus países de origen.
Riesgos legales para las madres
Sin embargo, el endurecimiento de esta medida pone en riesgo a cientos de mujeres, particularmente de América Latina y Asia, que podrían verse atrapadas en procesos migratorios complicados, con la negación de entradas o, en el peor de los casos, enfrentando sanciones legales si se determina que intentaron engañar a las autoridades migratorias.
Reacciones en México
En México, esta noticia ha generado preocupación entre quienes ya tenían previsto realizar este tipo de viajes, así como entre agencias especializadas en trámites de visa y turismo médico. Se anticipa un impacto considerable tanto en la solicitud de visas como en los servicios de asesoría legal vinculados al tema.
Reafirmación de la política migratoria de Trump
Con esta decisión, la administración Trump reafirma su postura dura frente a la inmigración, enfocándose no solo en la seguridad fronteriza, sino también en frenar mecanismos indirectos de acceso a la ciudadanía, como el turismo de parto, que ha sido calificado por el gobierno como una forma de fraude migratorio.
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