Acuerdo binacional: México cubrirá déficit de agua con EU
México se compromete a entregar 249 millones de metros cúbicos de agua a Estados Unidos antes del 31 de enero de 2026, cumpliendo con el Tratado de 1944.
El Gobierno de México y la Administración de los Estados Unidos alcanzaron un acuerdo para la gestión del agua que establece la liberación de 249.163 millones de metros cúbicos del líquido, con entregas que iniciarán la semana del 15 de diciembre. Este entendimiento, comunicado de manera conjunta por las cancillerías, busca cubrir el déficit del ciclo actual y el excepcional del ciclo anterior, en el marco del Tratado de Aguas de 1944, y tiene como fecha límite para finalizar el plan el 31 de enero de 2026.
Tras la reclamación pública de la administración del presidente Donald Trump sobre un adeudo de aproximadamente 246 millones de metros cúbicos de agua, y su amenaza de imponer aranceles por incumplimiento, los gobiernos de México y Estados Unidos lograron un entendimiento técnico y diplomático. El acuerdo fue anunciado simultáneamente por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
El compromiso establece que México tiene la intención de liberar el volumen acordado, iniciando las entregas en diciembre. Ambos países reconocieron la importancia crítica de cumplir con las obligaciones del Tratado de 1944, el cual rige el manejo de las aguas de los ríos Colorado y Bravo (Río Grande), y que afecta directamente a agricultores y ganaderos de ambos lados de la frontera, particularmente en el estado de Texas.
Los términos clave del entendimiento sobre el agua
El mensaje conjunto detalló los cinco puntos centrales del acuerdo. En primer lugar, se confirma el entendimiento sobre la gestión para el ciclo actual y el déficit del ciclo anterior. En segundo término, ambas naciones reafirman la necesidad de una gestión oportuna del agua.
El tercer punto, el más concreto, es el compromiso de liberar 249.163 millones de m³, con inicio en diciembre. El cuarto punto explica que se revisaron acciones para el cumplimiento, incluyendo la retribución del déficit excepcional anterior, y que las negociaciones para finalizar el plan operativo concluirán el 31 de enero de 2026.
Finalmente, el quinto punto subraya la continuidad del trabajo cooperativo bajo el tratado y a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) y su contraparte estadounidense, la International Boundary and Water Commission (IBWC). Este punto también incluye una advertencia soberana: "En caso de incumplimiento, cada país puede actuar de manera soberana... sujeto a sus obligaciones internacionales en el Tratado".
Contexto del tratado y la sequía extraordinaria
El Tratado de Aguas de 1944 es el instrumento legal binacional que asigna volúmenes específicos de agua de los ríos compartidos. México debe entregar anualmente a EU un promedio de 431 millones de m³ de agua del Río Bravo, en ciclos quinquenales. El periodo actual (ciclo 36) inició en octubre de 2020 y culmina en octubre de 2025.
En su comunicado, la SRE hizo énfasis en el contexto climático adverso, negando que México hubiera incurrido en una violación del tratado. Argumentó que el país ha enfrentado "una sequía extraordinaria y sin precedentes" que ha afectado a usuarios en ambas naciones. Este factor es crucial para entender las dificultades en el cumplimiento puntual y las negociaciones técnicas para manejar déficits.
¿Qué sigue en el proceso de entrega?
Con el plan operativo por definirse completamente antes del 31 de enero de 2026, las autoridades técnicas de la CILA e IBWC trabajarán en los detalles logísticos de las liberaciones de agua desde las presas mexicanas hacia el Río Bravo. El inicio de las entregas la semana del 15 de diciembre marca el primer paso tangible para saldar el déficit.
Este acuerdo cierra un capítulo de tensión diplomática y posiciona la cooperación técnica como la vía para resolver disputas complejas sobre recursos compartidos. La implementación exitosa del plan será vigilada de cerca por agricultores, autoridades estatales y federales de ambos países, quienes dependen de la seguridad hídrica para la producción de alimentos y la estabilidad económica regional.
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