Acantosis en niños se dispara en Monclova con frío y fiestas
La acantosis en niños de Monclova aumenta con el frío y las fiestas; 6 de cada 10 presentan resistencia a la insulina, alertan expertos del DIF.

Seis de cada diez niños atendidos en el DIF presentan resistencia a la insulina; expertos alertan que cada dos semanas llegan nuevos menores de 8 a 10 años con acantosis.
En Monclova, la consulta nutricional pediátrica se ha convertido en una constante, particularmente por un padecimiento que crece silenciosamente: la acantosis, enfermedad que indica el sobre peso y es muy notorio en los niños quienes en esta temporada de fiestas decembrinas pueden estar más expuestos. De acuerdo con la nutrióloga del Hospital DIF, Brianda Rodríguez, de cada 10 niños que atiende, 6 presentan resistencia a la insulina, y con ello, manchas oscuras en la piel, comúnmente en el cuello, como primer aviso de un riesgo metabólico.
La especialista afirma que, cada dos o tres semanas, llegan nuevos grupos de menores escolares entre 8 y 10 años con esta condición, lo que confirma que ya no es un fenómeno aislado ni exclusivo de adolescentes o adultos y en estos niños se debe a que presentan un sobre peso considerable. Estas cifras se presentan en un contexto complicado: la temporada decembrina y su acumulación de posadas, comida tradicional, dulces y refrescos, donde no solo los adultos suben de peso, sino también los menores, quienes además tienen menor control sobre lo que ingieren.
Hábitos alimenticios y sedentarismo estacional
Rodríguez explicó que la detención de acantosis en niños coincide con cambios de hábitos típicos del invierno: comidas calóricas y menos actividad física. “Los niños pasan más tiempo acostados, jugando videojuegos o viendo películas para evitar el frío, y eso los vuelve sedentarios”, señala. Esta combinación de ingesta excesiva y escaso movimiento propicia aumento de peso, lo que dispara la resistencia a la insulina. La especialista mencionó que no se trata únicamente de limitar alimentos, porque la restricción severa puede generar culpa o frustración en la infancia. “Es mejor educarlos y enseñarles a comer saludable de lunes a viernes, y permitir un premio el fin de semana, con moderación”.
La acantosis no es suciedad: es resistencia a la insulina
Se trata de una señal que muchos padres desconocen. La nutrióloga describió que la acantosis se manifiesta como manchas oscuras, gruesas y aterciopeladas en la piel, principalmente en cuello, axilas y ingle. “Muchas mamás creen que es suciedad, pero no lo es. Es resistencia a la insulina, desde niño”. Aunque el padecimiento es común desde hace años, la profesional reconoce que recientemente ha aumentado la conciencia sobre su significado, ya que por mucho tiempo se normalizó o ignoró. Hoy, la detección temprana es clave: la acantosis no es una enfermedad, sino un indicador de riesgo, y puede ser la antesala de un diagnóstico de prediabetes o diabetes tipo 2 en etapas tempranas.
Alimentación escolar: el reto para familias y maestros
Debido a que México ocupa primer lugar en obesidad infantil, Rodríguez considera urgente realizar pláticas en escuelas dirigidas a padres de familia, quienes son los que preparan o deciden qué consumen los niños en su horario escolar. “Se les hace más fácil mandarles dinero para que compren fritos, o mandarles un negrito y juguito. Es mejor enseñar a desayunar en casa, crear hábitos desde temprano”. La especialista recordó que México ha ocupado, en distintos momentos, los primeros lugares de obesidad infantil en el mundo, y la combinación actual de alimentos ultraprocesados, precios accesibles y falta de tiempo multiplica el problema. “Hay que educar a los papás antes que a los niños”, insistió.
Fiestas decembrinas: riesgo latente. La experta aseguró que diciembre es crítico porque no solo los adultos caen en excesos. Los niños están expuestos a dulces, panes, tamales y refrescos en cada evento, lo que se suma a una dinámica social que celebra con comida. “Uno siente feo decirle a un niño que no coma pastel en una fiesta. Duele más limitarlo”. Por ello, insistió en educar más que restringir, y fomentar la actividad física cuando el clima lo permita, aunque sea 30 o 40 minutos diarios.
Un paso antes de la diabetes
La acantosis en la infancia significa que el metabolismo ya está alterado. La resistencia a la insulina en edades tan tempranas puede marcar el futuro de los menores, pero no es irreversible. Rodríguez sostiene que los cambios en estilo de vida pueden normalizar los niveles, reducir el peso y eliminar las manchas, pero se requiere intervención familiar, no solo médica. “El problema no son los niños, son los hábitos que les rodean”, resume.
La niñez no debería normalizar la enfermedad
Mientras Monclova celebra fiestas y convivios, hay una generación de niños que carga con el costo metabólico de decisiones adultas. Las señales no son invisibles: están en el cuello, en la piel, avisando que algo no está bien. “Si educamos a los papás, educamos al niño. Y podemos evitar que una señal en la piel se convierta en diabetes”. La temporada navideña no tiene por qué ser enemiga de la salud. Pero si no se toman medidas, la infancia pagará el precio de los excesos que aún no puede decidir por sí sola, fue lo que dejó muy en claro la nutrióloga.
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