180 mil pesos es el precio de equipar con climas una escuela

ACTUALIDAD El calor extremo obliga a suspender clases presenciales al no tener aire acondicionado y equiparlas con minisplit representa un gasto que muchas no pueden costear por sí solas.

Ante las altas temperaturas que superan los 40 grados centígrados, diversas escuelas de Monclova han tenido que suspender clases presenciales por no contar con sistemas de aire acondicionado. Y dotar a una primaria con equipos de minisplit se ha convertido en una tarea compleja y casi imposible para maestros y directivos, quienes muchas veces deben costear estos aparatos con recursos propios.

Durante esta semana, el pronóstico del tiempo en Monclova ha marcado temperaturas que oscilan entre los 36 y los 41 grados centígrados al igual que en semanas anteriores, lo que ha provocado que al menos cinco instituciones educativas opten por clases en línea. La decisión se debe a que no cuentan con sistemas de aire acondicionado que permitan condiciones seguras para alumnos y maestros, quienes están expuestos a golpes de calor, deshidratación, etc. La falta de equipos de climatización es un problema constante en escuelas del nivel básico, especialmente en instituciones públicas que carecen de presupuesto suficiente para instalar aparatos de refrigeración. La situación se vuelve insostenible conforme el calor avanza, y afecta tanto el rendimiento de los niños como la salud del personal docente.

La necesidad y el costo de enfriar un aula.

2 climas de dos toneladas es lo mínimo que, necesita un aula para dar abasto a un promedio de 30 alumnos, de acuerdo a Rolando Díaz, técnico y encargado de Espacios Acondicionados, sin embargo, debido a que, es más elevado el costo en ocasiones los clientes prefieren colocar 2 aparatos, pero de una sola tonelada. Por ello mencionó que las escuelas de gobierno, buscan lo más económico y por lo regular solicitan los climas convencionales de 1 tonelada marca Mirage que aproximadamente cuestan 6500 pesos, más los insumos de habilitación que son otros 1000 pesos da a un total de 7500 y multiplicado por 2, un aula gastaría 15 mil pesos. Y por lo tanto una escuela que contará solamente con una sección de grupo por cada grado, es decir 6 grupos, gastaría hasta 90,000 mil pesos en la compra de minisplit, esto suponiendo que, no requieren de mantenimiento en su transformador o cableado en mal estado.

Sin embargo, la mayoría de las escuelas cuentan con 2 grupos por cada sección lo que, da a un total de 12 aulas en uso y por lo tanto equiparlas asciende hasta 180,000 pesos, cifra que prácticamente es imposible a menos de que, adquieran algún programa federal como el de La Escuela es Nuestro y que, sea ejecutado primordialmente en este sentido. Y eso sin contar los gastos adicionales que implica la instalación de circuitos eléctricos independientes, adecuaciones estructurales o mantenimientos futuros.

El reto se multiplica con mayor capacidad.

Prácticamente sería un "lujo" el poder utilizar climas de dos toneladas, pues un solo aparato de esta dimensión cuesta hasta 12000 pesos, según el técnico. Es decir dos equipos para un solo salón costarian 24000 pesos. Y multiplicado por 12 grupos serían 288,000 pesos. 

Testimonio de una maestra que invirtió de su bolsillo.

Dulce Ibarra, docente de la primaria José E. González Ballesteros en la colonia Loma Linda, relató que el año pasado decidió adquirir por su cuenta dos minisplits marca York de una tonelada. Además, tuvo que invertir en varios metros de cable para conectarlos directamente al poste de energía. “Gasté poco más de 17 mil pesos de mi dinero porque no se puede estar en el aula con ese calor, y es muy dificíl estar con 35 niños dentro es indispensable para ellos”, comentó.
La maestra destacó que muchas veces los docentes no tienen otra opción más que asumir estos gastos si quieren garantizar condiciones dignas de enseñanza y aprendizaje. 

Una carga que no debería recaer en los maestros.

El panorama para las escuelas públicas de Monclova es complicado. Con presupuestos limitados y necesidades crecientes, la compra de sistemas de climatización se ha vuelto un sueño lejano para muchas instituciones. Lo más preocupante es que esta necesidad, en muchas ocasiones, termina siendo asumida por los propios docentes o directores.

Mientras el calor sigue en aumento, la falta de inversión en infraestructura escolar pone en riesgo la salud de miles de niños. Equipar una escuela contra el calor debería ser una prioridad y una responsabilidad compartida entre autoridades, comunidad y gobierno. Porque estudiar en condiciones dignas no debería ser un privilegio, sino un derecho garantizado para todos.

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